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¿Coincidencia?

Miguel González Compeán | Columna invitada
El exprocurador, injustamente encarcelado, Murillo Karam, alguna vez lo escuche decir: a mí esto de la fiscalía autónoma, no me gusta; ya es suficiente con tener un jefe y atender sus prioridades, imagínese a 128 (refiriéndose a los integrantes del Senado).
Nunca he sido admirador de Gertz Manero, pero su salida me parece sintomática de un deterioro o una lucha al interior de Morena entre lo que puede significar o hasta dónde puede llegar tapar las ilegalidades y hasta donde la política.
El exfiscal, no sólo tenía que atender las prioridades de los senadores morenistas, sino además las prioridades de la presidente, de los hijos del expresidente, de los cómplices o allegados al gobierno y a los gobernadores de su partido, por si fuera poco.
No se hasta dónde entienden en Morena que cuando se hace una denuncia comienza un proceso legal, que involucra tanto al que denunció, como al que se investiga y a las propias autoridades involucradas.
Ese proceso empieza su vida legal en el momento en el que la denuncia es presentada, pues hay un libro de registro de denuncias, luego pasa a ser asignado a un fiscal cuyo nombre y adscripción quedan registrados de ahí a la búsqueda y elaboración de pruebas, después tiene que venir un juez que dicte la orden de aprensión y además de revisar las pruebas, revisa que las autoridades involucradas, desde el de la ventanilla donde se puso la denuncia hasta el fiscal que aporta las pruebas son revisados por el juez para ver si actuaron bien o no; si cumplieron con los procedimientos o no y si entonces puede darse la orden de aprensión. Luego el asunto pasa al juez de control e inicia todo el proceso de juzgar al imputado.
La cantidad de gente que está involucrada en este procedimiento (muy similar, por cierto, al de otras partes del mundo) requeriría de una cadena de complicidades enorme, en el que estarían áreas de la misma institución (tal vez en competencia o conflicto), que es imposible taparlas o esconderlas, así como así.
Además, los fiscales tienen jefes por especialización criminal que también son responsables de que el fiscal de campo haga su trabajo, como se debe. Si el de abajo falla o comete una ilegalidad, el jefe comparte la culpa penal y también se puede ir a la cárcel.
Las filtraciones que dicen que hizo Gertz, no pueden más que tildarse de que alguien levanto el mantel de la mesa porque había ruido debajo de ella, no porque necesariamente Gertz quisiera dañar a alguien. Y si hubo intencionalidad en el exfiscal, que bien ganada se tiene la fama de ser vengativo y de usar las instituciones para sus propias vendettas, pues es increíble que se hayan tardado tanto tiempo.
Ernestina Godoy, seguramente será la nueva fiscal general, ya comenzó con cambios, pero pronto se dará cuenta de que no es lo mismo la fiscalía de la CDMX a la de la república. Y entonces, compararemos.
En política dicen que no hay casualidades y por eso desde este fin de semana me asalta la reflexión de porque recién salido Gertz Manero de la FGR, el expresidente AMLO, presenta durante una hora su nuevo libro: Grandeza. En la presentación dice que apoya y defiende a Claudia, pero al defenderla y avisar que el podría regresar al activo si se dieran ciertas circunstancias, en realidad con ello la minimiza y le enfila a los fieles de su movimiento y de él en su contra. Nada más, pero nada menos, también.

