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Opinión

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Lástima, Margarito

Inspirados por la valiente actitud de la señora juarense Luz María Dávila, en la columna del pasado martes, lanzamos la iniciativa de organizar una Gran Catarsis Nacional consistente en poner a los mexicanos y mexicanas, comunes y corrientes, frente a frente con el Presidente de la República para que lo confronten y le manifiesten su malestar y quejas por las malas prácticas políticas y de gobierno, y con ello lograr una necesaria tranquilidad espiritual en los querellantes.

El concepto de esta iniciativa no surgió por generación espontánea, tiene su origen en los estudios que el autor de este engendro ha hecho sobre el alma del mexicano, sus motivaciones, usos y costumbres. Estos estudios profundos –fueron hechos en el Metro, tramo Pantitlán-Observatorio- combinados con prácticas de campo de gran altura –varias veces he subido al Ajusco para observar la ciudad- me han permitido concluir que por un atavismo ancestral el subconsciente colectivo nacional considera al Presidente en turno -a pesar de que algunos de ellos no han sido buenos ni siquiera para sacar un perro de una milpa- como el Gran Padre protector y/o castigador que con su poder omnímodo está facultado para resolver con sabiduría cualquier problema.

Lo anterior me llevó a razonar que así como los psicólogos familiares basan sus terapias en el enfrentamiento de los miembros de una pareja o en el careo de un hijo con sus padres para que se digan sus netas y discrepancias, y con ello lograr la distensión en una relación conflictiva, de la misma forma sería muy sano para la salud mental del país la confrontación de los hijos –ciudadanos de a pie y políticos subalternos- con el Gran Padre Jefe Presidente.

En la misma columna del martes presumí que ya había remitido la propuesta a mi departamento de logística para que estudiara la implementación adecuada, en tiempo y forma, de la genial idea. Del resultado prometí informar hoy a los lectores.

Pues bien, amiguitos míos, la respuesta de dicho departamento es que la propuesta es totalmente inviable. Según me explicó el gerente del área –un chico muy simpático al que no tenía el gusto de conocer- existen 100 millones de mexicanos que quisieran confrontar al Presidente para presentarle sus reclamos y le restan 988 días al sexenio.

Eso significa, si Pitágoras no era tecnócrata, que el Gran Padre Jefe Presidente tendría que entrevistarse, incluyendo domingos y días de fiesta, de aquí al 30 de noviembre del 2012 con 102, 214 hijos diariamente -aproximadamente, en la cifra no están considerados los que el día que les tocara su confrontación se reportaran enfermos-. Basta hacer una simple operación aritmética para saber que el día tiene 1,440 minutos, es decir 86,400 segundos.

Así pues, ni dedicando un segundo a cada quejoso el Presidente podría atender a todos los que desean confrontarlo. Por lo demás, la idea fue catalogada por los expertos de mi área de logística -según supe algunos de ellos con gusto asistirían a confrontarse con el Presidente para quejarse de sus bajos sueldos- como una excelente oferta a la que la abundante demanda detectada la convierte en utópica. Lástima, Margarito.

Soñar no cuesta nada

Hasta el momento de redactar lo que usted lee, soñar no cuesta nada. Y digo hasta este momento porque sé de muy buena fuente –la de la Diana- que la Secretaría de Hacienda está realizando un estudio para ver las posibilidades de cobrar un impuesto especial a los sueños. Falta ultimar detalles para que el gravamen entre en operación a partir de la próxima miscelánea fiscal, parece ser que los técnicos no se pueden poner de acuerdo si sólo los sueños agradables serían objeto de la carga impositiva o ésta se haría extensiva a las pesadillas.

Pero aprovechemos que de momento soñar es gratis para vivir, por medio de la ensoñación, dos ejemplos de cómo funcionaría La Gran Catarsis Nacional de haber sido posible llevarla a cabo.

Querétaro

Ante el Juez Cuarto de Distrito en el estado de Querétaro se encuentran las indígenas Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio, detenidas y acusadas de secuestrar a seis agentes de la extinta AFI el 26 de marzo del 2006. Junto a ellas solidariamente se encuentra Jacinta Francisco Marcial quien también fue acusada y exonerada en septiembre del año pasado.

Seguido por una comitiva de funcionarios y reporteros de la prensa escrita y de los medios audiovisuales, resguardado por un gran aparato de seguridad llega Felipe Calderón en calidad de Gran Padre Presidente: Vengo a hablar con las y los queretanos –dice, aunque debería de haber dicho con las queretanas y los queretanos-.

Le responde Jacinta: Discúlpeme, señor Presidente, yo no le puedo decir bienvenido, porque para mí no lo es. Porque estuve dos años y medio en la cárcel y mis compañeras Alberta y Teresa van para tres. Le apuesto que si las que estuvieran en la cárcel fueran las primas de su esposa, por ejemplo Mariana Gómez del Campo, acusada de usar el Imjuve como su caja chica, y Marcia Altagracia que era una de las dueñas de la guardería ABC, usted se habría metido hasta debajo de las piedras para sacarlas de la cárcel. Dicen que nosotras tres, solitas sin ayuda de nadie, fuimos capaces de secuestrar a seis agentes de la policía entrenados para atacar y repeler ataques. ¿Usted cree que eso sea posible?

Ahora –habla Alberta- si de verás cree que seamos capaces de eso, sáquenos de la cárcel y dénos un cargo policiaco, verá que entre las tres de perdida acabamos con una célula de Los Zetas.

Michoacán

Leonel Godoy, gobernador michoacano recibe a su paisano Felipe Calderón quien al enterarse que el 30 de enero pasado fueron puestos en libertad 12 exalcaldes y exfuncionarios que estuvieron presos desde mayo pasado acusados de nexos con el narcotráfico, viene a disculparse.

Dijeron que Ignacio Mendoza, mi procurador de justicia de Morelia, Citlalli González mi asesora y secretaria de Seguridad, así como Gabriela Mata jefa de grupo de la Policía Ministerial, entre otros, estaban involucrados con el narcotráfico y no es verdad, no tenían tiempo para ello. Todo fue una maniobra electorera del exprocurador Medina Mora que ahora se pasea en Londres.

Estoy seguro que si a los que hubieran acusado de cómplices del narcotráfico hubieran sido el gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame, y a su secretario de Seguridad Luis Ángel Cabeza de Vaca y su procurador Francisco Coronato, estos dos últimos hasta en la nómina de Arturo Beltrán Leyva estaban, usted los hubiera escondido hasta debajo de las piedras para que no los metieran a la cárcel.

Al concluir el desahogo de Godoy frente al Presidente, un ayudante se acerca a Calderón: Señor, nos tenemos que ir. Le recuerdo que hoy es el turno de la mamá de Michael Jackson para presentar su reclamación.

Oí por ahí

Que en caso de que Fernando Gómez Mont truene –cosa que está difícil porque precisamente para evitarlo se puso el by pass gástrico- el idóneo para sustituirlo en Bucareli, donde está el famoso reloj que nos obsequiara la República China, es Javier Lozano Alarcón por su experiencia en tratar con lo chino.

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