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La perspectiva energética
Sería un error buscar acomodar dentro del presupuesto la baja en ingresos por ventas de petróleo, o acomodar el tipo de cambio y el endeudamiento.
Continúan llegando las noticias de la baja en los precios internacionales del petróleo, a lo que debemos añadir que nuestro país ha disminuido su producción en casi 1 millón de barriles diarios, desde el máximo alcanzado hace poco más de 10 años. De pasada mencionamos que nuestras exportaciones de crudo a Estados Unidos también han caído de 1.37 millones de barriles diarios a 755,000 barriles por día, en el pasado agosto. Mientras tanto, los diputados siguen muy atareados buscando por dónde rascarle al paquete presentado por Hacienda para obtener unos cuando pesos más, lo cual ante la perspectiva de que el precio del petróleo continúe descendiendo, al parecer no será suficiente. Cierto que el tipo de cambio podría ayudar, ya que está muy por arriba de lo que se presentó en el proyecto de presupuesto, aunque en esto nada ayuda la previsión de que las tasas de interés están por aumentar, en cuanto la Reserva Federal se decida a aumentar.
Este movimiento va a significar cambios muy importantes no sólo para México, sino para muchos otros lugares en el mundo. En Europa sigue la incertidumbre de una nueva baja en el nivel de actividad económica y el presidente del BCE no se decide a iniciar un programa de relajación cuantitativa, en parte por la oposición de Alemania, quien ve en esto algo así como un programa de compra de deuda que ayudaría sobre todo a España e Italia, con lo que no están muy de acuerdo. Mientras se dio el periodo de reportes de las empresas que cotizan en Bolsa y una gran cantidad de ellas reportó mejores ventas y utilidades que lo esperado y sin embargo, los índices accionarios han estado fluctuando y trayendo al mundo en vilo, debido a que los portafolios no han terminado de recomponer sus activos, como manera de protegerse mejor ante el aumento de tasas.
Para México la baja en el precio del petróleo quizá no sea la peor noticia, pero tal vez el aumento de tasas de interés sí lo sea. Independientemente del cambio en la dirección y monto de los flujos de capital hacia el país, los portafolios de la mayoría de los fondos de inversión, incluyendo las afores, registrarían minusvalías importantes y, de darse una salida de capitales, reforzaría la intención del Banco de México por defenderse de este movimiento y defender a la economía, lo que significaría el uso de una buena cantidad de reservas y posiblemente aumento de tasas de depreciación del peso, lo cual, de mantenerse por un tiempo, afectaría a la actividad económica, que no termina por reactivarse plenamente.
La buena noticia es que desde ya hace unos meses la reforma energética comenzó a generar frutos positivos; primero con la construcción de una cantidad muy significativa de metros cuadrados para oficinas corporativas, que alcanzan casi el millón y medio de metros cuadrados, tan sólo en Reforma, Insurgentes, Lomas Palmas y Periférico. Esto va a animar en forma significativa el consumo de los trabajadores con ingresos mínimos, los involucrados en la construcción y toda una serie de actividades relacionadas, lo cual es una muy buena noticia. Asimismo se ha notado la llegada de una importante cantidad de empresas que buscan integrarse a la actividad que detonará el petróleo y el gas, así como la electricidad, para lo cual buscan socios y la compra de empresas que puedan ayudarles en sus planes. Sería un error muy grande buscar acomodar dentro del presupuesto la baja en ingresos por ventas de petróleo, o acomodar el tipo de cambio y el endeudamiento. Mejor sería buscar disminuir el crecimiento del gasto.