La continuidad y los retos del Sistema Nacional de Salud

La continuidad se refiere a la cualidad de algo que persiste sin interrupción en el tiempo. En estas líneas intentaré hacer un ejercicio por reforzar la importancia de la continuidad sin importar la formula electoral que gane el proceso electoral del 2024 para gobernar los siguientes seis años, a veces representa el único camino viable hacia adelante. En situaciones complejas o desafiantes como la que vive el sistema nacional de salud (entre otros). Interrumpir la continuidad puede llevar a retrocesos, estancamiento o incluso el colapso de procesos o sistemas, como hemos visto de primera mano.

Le pido que acepte lo anterior desde la perspectiva de quien está convencido de que sin importar quien sea quien asuma el rol de titular de la Secretaría de Salud deberá de haber una transición de mayor o menor grado; pero que está además convencido de la importancia de evitar caer en la tentación ideológica de destruir lo hecho por quienes estuvieron antes para intentar construir algo nuevo; esta perspectiva asume que los sistemas y/o procesos están tan arraigados que no merecen ser sometidos a cambios o adaptaciones. La realidad es que hemos visto, y pagado muy caro, como el desdén a lo existente y los intentos por desaparecer el “status quo” han dado lugar a decisiones que, desde el idealismo, la desinformación y la incapacidad han llevado a fracturas en procesos tan relevantes como el abasto de medicamentos.

Si ha hecho usted el favor de leer la columna de un servidor tendrá una referencia de que es importante saber diferenciar entre la compra y la distribución de medicamentos y demás insumos; y de como estas dos actividades suman los eslabones para la construcción de una cadena de abasto. La crisis vivida por la limitada disponibilidad de medicamentos en farmacias y hospitales recae en la imposición de medidas que fundamentadas en el poco, o nulo, entendimiento y la inexperiencia e incapacidad de quienes implementaron estas medidas con un abordaje de sobre simplificación de lo que está implícito en el abasto de medicamentos.

Hay que ser justos, hay ejemplos en materia de las cosas que se hicieron con un enfoque de cambio con miras a la adaptación, y en la evolución de lo que ya existía. El proceso de evaluación de tecnologías en salud para la integración en el ahora llamado Compendio Nacional de Insumos para la Salud ha evolucionado a lo largo de los últimos 15 años, por lo menos, y esto ha sido el resultado de integrar al mismo a las personas correctas con el enfoque necesario.

Hay otros cambios que después de la crisis de arranque de esta administración pública federal han demostrado interés genuino en definir las bases de hacia dónde deberíamos aspirar a ir; resultando en iniciativas como puede ser una Estrategia para la Certidumbre Regulatoria de Medicamentos, una que merece la continuidad en la siguiente administración. Pero esto no es así de simple, requiere regresar a la COFEPRIS la autonomía, el acceso a los recursos presupuestales, humanos y tecnológicos y, de ser aplicable, que quienes han desarrollado tales iniciativas se queden a su implementación. En resumen, la continuidad debe fundamentarse en ajustes y adaptaciones a lo iniciado.

Afuera hay talento y experiencia, desde estas líneas hago votos por que quienes lidereen nuestro sistema nacional de salud tengan experiencia, capacidades y, sobre todo, la apertura para la escucha activa de quienes cuentan con la experiencia necesaria para hacer de éste un esfuerzo enfocado por tener un sistema como queremos.

Hoy cierro con una frase que se atribuye a Miyamoto Musashi en el libro Los Cinco Anillos: “No te apegues a nada. La mente sin ataduras funcionará mejor."

*El autor cuenta con 25 años de experiencia en el sector de la salud en México y Latinoamérica, es fundador de Cabildum Consulting una consultoría enfocada en el análisis de las políticas públicas en salud, salud digital y sostenibilidad. Actualmente es responsable de los asuntos corporativos y acceso en el sector farmacéutico.