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Opinión

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GM y Chrysler esperan el 31 de marzo

El próximo día importante para la industria automotriz estadounidense será el 31 de marzo.

Mientras esa fecha llega, General Motors y Chrysler dieron a conocer a detalle su plan para garantizar su viabilidad financiera y, con ello, el pago de los préstamos que el gobierno estadounidense ha dispuesto para el apoyo a esta industria considerada clave para la generación de empleos y economía.

Por el contrario de muchos analistas, ambos presidentes de las armadoras, Rick Wagoner, de GM, y Bob Nardelli, de Chrysler, declararon a ambas empresas viables y han dicho que sus planes pueden llevarlas a la rentabilidad y de manera certera a pagar los préstamos al gobierno.

La comisión que ha nombrado el presidente Barack Obama seguramente verá con lupa todas las explicaciones y usará un cristal aún más potente para esperar el 31 de marzo, cuando se verán los resultados de tres meses de esfuerzos de estos directivos por sacar a flote sus empresas.

Planes de producto futuros, marcas que declaran no viables, etcétera, han permeado las declaraciones de ambos directivos con el ánimo de que sean bien acogidos por la comisión, la cual deberá ser sensible a las fórmulas que aplican las armadoras como el inicio de la era eléctrica, decenas de productos nuevos y venta de activos.

Por principio de cuentas, Chrysler anuncia 24 nuevos productos en 48 meses, entre ellos una nueva Grand Cherokee, el nuevo Charger y el remplazo del 300C; asimismo, el próximo año, es decir para finales del 2010 -donde el panorama económico planea ser distinto para Chrysler-, apenas irá a la mitad de la renovación de sus productos con muchos vehículos nuevos ya en sus distribuidoras, así como la llegada de los autos eléctricos que se conectarán en cualquier casa u oficina. Insisten en la venta de Viper.

Chrysler planea ventas por 1,200,000 vehículos al año e iniciar a pagar deuda en el 2012, pero aumentó a 9,000 millones de dólares el monto del préstamo pedido que era de 7,000 millones; uno de los grandes datos es su estimación de 10.1 millones de vehículos en la industria total americana, la diferencia contra más de 16 millones de hace dos años.

Por el otro lado GM, en voz de Wagoner, básicamente explicó que tiene muchas marcas y que desea deshacerse de otras. Su enfoque será Chevrolet, Buick, Cadillac y GMC; Pontiac se queda como una marca sin mucho apoyo y con poco plan de producto pero que puede apoyar hacia el futuro. Con estas marcas aseguran tener 36 modelos para el 2012, que serán los que le lleven al triunfo de la rentabilidad entre ese año y el 2014. Hummer está a la venta y no deberán pasar más allá del 2010 para contar con una resolución para esta marca.

La que está herida de muerte es Saab. Sólo espera un inversionista antes de entrar en pleno cierre, con lo cual desaparecerían la marca que ha sido mencionada como una de las inversiones de las que GM nunca ha podido cristalizar su rentabilidad.

El adiós de Saturn es mucho más certero, ya que si está a la venta nadie la podría comprar sin ser un socio estratégico de GM, pues todos sus productos se basan en vehículos de la corporación, con lo cual al fin de ciclo de los productos actuales acabaría la marca, con ello ya varios distribuidores en Estados Unidos están tomando acciones acerca de su franquicia.

GM estima una industria total en su país más alta que la de Chrysler, situada en 11.5 millones de unidades, 1 millón por debajo de lo que pronosticó al inicio de diciembre cuando pidió el crédito.

Preguntas prevalecen en el aire: ¿Serán tres meses suficientes para evaluar un préstamo de este tamaño, el mayor otorgado a la industria automotriz en la historia? ¿Qué condiciones se afrentarían si existiera una estrategia de quiebra en cualquiera de estas dos empresas?

En realidad, la industria se encuentra ante su mayor cambio desde que se inventó la línea de ensamble y el mercado americano. Ahora deberán hacer la máxima calidad, diseños más atractivos, máxima eficiencia, cambiar a tecnologías eléctricas, emocionar a sus distribuidores que hoy muchos son inversionistas dudosos, pagar una gran deuda con el pueblo estadounidense y además competir contra empresas que han sabido ganarse un lugar en el mercado más grande del mundo.

De que se puede, pregúntele a Ford, se reestructuró y aunque el mercado ha bajado sus medidas le han permitido no tocar ni un centavo de los créditos y ser hoy por hoy la más viable de las tres.

autos@eleconomista.com.mx

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