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Crecimiento y pobreza
Cuando se ha registrado crecimiento no mejora el bienestar de la población y sí se ha registrado una mayor concentración de la riqueza.
La evidencia empírica disponible para una gran variedad de economías en el mundo sugiere que cuando se eleva la tasa de crecimiento potencial de una economía esto tiende a disminuir la pobreza y mejorar los indicadores de bienestar de la población. El mecanismo es que una mayor tasa de crecimiento implica una mayor generación de empleos de calidad, mejores remuneraciones, mayor productividad y un círculo virtuoso que es difícil romper una vez que ha iniciado. Algunos investigadores han encontrado que el gasto público incide sobre el crecimiento, sobre todo el que se enfoca a infraestructura y a mejorar los servicios de salud y educación, ya que la mejora de los factores productivos y la ayuda a las empresas con mejor infraestructura inciden sobre un mayor crecimiento potencial de la economía.
Hace poco el World Economic Forum reveló que México registró un descenso importante en su índice de competitividad mundial, achacando prácticamente toda la responsabilidad a un gasto público ineficiente, con demasiados desperdicios y con corrupción, que no deja de tomar su tajada del crecimiento. Luego de la crisis del 1994, y en especial desde el 2000, el gasto público ha crecido significativamente, sobre todo el denominado gasto en desarrollo social, debido principalmente a la presencia de excedentes petroleros que se gastaron, podríamos decir, miserablemente, ya que prácticamente no había candados para ejercer los recursos ni requerimientos para rendir cuentas y adoptar las mínimas reglas de transparencia.
En este mismo lapso los indicadores de bienestar dan cuenta de un estancamiento considerable, ya que empezando por el crecimiento del PIB, éste ha sido a una tasa promedio simple de 3.0%, mientras que el coeficiente de Gini, que se utiliza para medir el grado de concentración de la riqueza no ha disminuido significativamente en el mismo periodo y el porcentaje de población considerada como pobre tampoco se reduce.
Según puede verse a partir de las buenas expectativas que las reformas han generado, se avecina un proceso de elevado crecimiento, promovido por grandes flujos de inversión nacional y extranjera que servirán para generar empleos y mejorar la situación de una gran cantidad de personas, no obstante habría que tratar de establecer por qué en años anteriores, cuando se ha registrado crecimiento, no mejora el bienestar de la población y en cambio sí se ha registrado una mayor concentración de la riqueza en unas cuantas manos.
Una parte importante tiene que ver con el gobierno, que gasta de manera ineficiente y no ha podido cerrar las fugas que se presentan vía corrupción. Otra parte importante para el gobierno es enfocarse en gastar para el desarrollo, privilegiando la infraestructura y haciendo énfasis en la calidad y cobertura de los servicios de educación y salud, ya que de esto depende no sólo un mayor crecimiento presente, sino futuro, al mejorar las perspectivas de la generación actual, así como la de sus descendientes, propiciando una mayor movilidad social.
Ni qué decir de la competencia, la cual tiene que ampliarse para dar mayor oportunidad a nuevas empresas, de todos los tamaños, para competir y hacer negocio en México. Finalmente, otro de los servicios que requiere una mejora son los de procuración de justicia y seguridad pública, así como realizar un trabajo a fondo de la revisión del marco reglamentario de la economía, para eliminar trabas y reducir los costos de transacción, tanto de personas como de empresas, lo cual deberá elevar la competitividad.