Acapulco y Luis Miguel

Atiborrado, incesante, acezante, humanidad en una nuez. Acapulco es un corazón, colorido arabesco sin fin, caleidoscopio que no se aquieta nunca, ni en lo que va de un instante al que le sigue; corazón hinchado de hermosuras y putrefacciones, violencias y deliquios. ( ) Acapulco es el hampón y el pescador, el humanista y el cuchillero, la oración y la mariguana. Es la piel dorada del lujo promesa y cacería del hartazgo y la requemada piel de la miseria costras, jiotes y llagas, niños topos con sus botes de cemento en los tubos de drenaje . Madrigueras y solanas de mármol. Tugurios y estanques de cursilería millonaria. Transparencia de vidrio y hedores de excrementos. El burócrata y el veterano de guerras ruines. La luna de miel y el comercio homosexual. El turista patán improvisado caballero en dólares. La aristócrata candil de arrugas y colguijos. El sibarita exangüe. Manotazo y descontón. Pueblo servidumbre y picardía . Escribió en el arranque de Acapulco -ensayo-crónica-semblanza, publicado en 1978, el gran Ricardo Garibay.

¿Existe algún cambio entre los contrastes de lujo y hambre expresados por la singular narrativa del escritor hidalguense y el Acapulco actual, el azotado por el huracán Manuel? A golpe de vista no hay ninguna. Pero si uno reflexiona y profundiza en el análisis, la conclusión será que Acapulco ha ido para atrás rumbo a la jodidez porque ha perdido convocatoria entre el turismo forastero, gringos y canadienses de manera notoria. A esto súmele la violencia desatada por el crimen organizado y el asqueroso comercio sexual de pederastas.

Pero algo tiene Acapulco que motivó que Garibay en el texto aludido escribiera, y que yo haya hecho mía la última frase la definitoria , este párrafo: Acapulco excelencia paradójica, recipiente de nuestros absurdos y contradicciones: desesperanza al futuro y certidumbre del minuto atrapado a pleno vuelo, a pleno lodo. Acapulco: espléndida bahía .

De Paulina a Manuel

El 9 de octubre de 1997 el huracán Paulina flageló sin piedad las costas de Guerrero y de Oaxaca ocasionando un gran desastre, innumerables pérdidas tanto económicas como humanas.

Acapulco sufrió daños como nunca antes. Más de 10,000 familias quedaron sin techo; toneladas de piedras y lodo sepultaron hogares edificados en las faldas de los cerros y en asentamientos irregulares. Casas de madera, cartón y palma, construidas en las orillas de los ríos y arroyos, se las llevó la corriente. Cifras oficiales arrojaron 178 muertos y 200 desaparecidos. Era Gobernador sustituto de la entidad Ángel Heladio Aguirre Rivero, el mismo que hoy es Mandatario estatal constitucional. Recuerdo que en los días de reconstrucción expresó que gran parte de la tragedia era generada por la corrupción que permitió la edificación de viviendas en zonas de alto riesgo. Hoy, el mismo góber dice con franqueza hay que decirlo comentó como si desde Paulina y hasta Manuel hubieran sido marcianos los que gobernaron Guerrero que hubo corrupción para construir unidades habitacionales que nunca se apegaron al reglamento .

Paulina llegó de noche y el alcalde acapulqueño, Juan Salgado Tenorio, prefirió seguir haciendo la meme que salir en auxilio de la población, como era su deber. Por esto fue depuesto y sustituido en la alcaldía por Manuel Añorve, primo de Ángel Heladio. Luego llegaría a ésta René Juárez, quien fuera Gobernador y ahora actual Senador. A Juárez lo sustituyó como edil Félix Salgado Macedonio y a éste, ahora sí por la vía de las urnas, Manuel Añorve, hoy Diputado Federal y primer actor de la farsa electoral titulada: A mi primo me le arrimo.

A la llegada de Manuel el ciclón, no el primo del góber Juan Salgado Tenorio es el director general del Colegio de Bachilleres en la entidad guerrerense. Si el lector hace un recuento entre los políticos de hace 16 años y los que hoy siguen en el candelero, concluirá que salvo una que otra excepción, siguen en el poder las mismas ratas pero revolcadas y no por el huracán .

Cuando calienta el sol

Recordarán los lectores que en junio de este año hubo en la televisión una campaña publicitaria para promover a Acapulco... Fue el popular Luis Miguel su promotor. Bellas imágenes de la espléndida bahía fueron el marco para la voz del cantante: Una de las cosas que más me gusta de Acapulco es el mar; la arena y el sol. Los invito a disfrutar de este paraíso sin igual. Soy Acapulco, soy Guerrero y éste es nuestro México .

De muy buena fuente sé que Luis Miguel aceptó hacer los anuncios mediante la condonación de 13 millones de pesos que el cantante debía al Ayuntamiento por el impuesto predial de su propiedad acapulqueña.

La pregunta es: ¿dónde está el guerrero ahora que Acapulco lo necesita? ¿Usted ha oído o visto un anuncio que diga: Como guerrero te pido una ayuda para Acapulco ? O bien, ¿ha sabido usted de un concierto que el divo ofrezca a beneficio del paraíso sin igual ? No.

Luismi: perdiste la oportunidad de demostrar con hechos lo que, por interés económico, dijeron tus palabras. Hubieras dejado de ganar un poco de dinero y ganado mucho en simpatía y popularidad... Te apendejaste, mi rey.