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Tres estilos diferentes de inversión con dividendos

Seleccionar acciones en base a sus dividendos puede ser una estrategia muy conveniente desde el punto de vista del potencial de ganancias contra el riesgo de la inversión. A continuación, analizamos tres tipos diferentes de estrategias de inversión basadas en los dividendos.

Los datos estadísticos demuestran que seleccionar acciones en base a sus dividendos puede ser una estrategia muy conveniente desde el punto de vista del potencial de ganancias contra el riesgo de la inversión. A continuación, analizamos tres tipos diferentes de estrategias de inversión basadas en los dividendos.

Una versión simple y bastante sencilla de la estrategia consiste en enfocarse en acciones con la rentabilidad por dividendos más elevada. Este tipo de rentabilidad se calcula tomando los dividendos anuales como porcentaje del precio de la acción, y por lo tanto indica los ingresos por dividendos en comparación con el capital invertido.

Evidentemente, se trata de una medida muy intuitiva y valiosa, y nos brinda además información importante sobre el nivel de valuación de un activo. Cuando la rentabilidad por dividendos de una acción es sustancialmente mayor que el promedio del mercado, podemos pensar que el precio es bajo en comparación con los dividendos de la compañía, lo cual podría indicar que estamos ante un escenario de subvaluación.

Actualmente, pueden encontrarse algunas compañías grandes, miembros del índice estadounidense S&P 500, con rentabilidades por dividendos bastante atractivas: la empresa de telecomunicaciones AT&T (T) rinde 5.2%; el fabricante de juguetes Mattel (MAT) paga cerca del 4.9%; y la tabacalera Philip Morris (PM) rinde un 4.6% en dividendos.

Esta clase de rendimientos resultan bastante convenientes en un contexto de tasas de interés históricamente bajas. Un bono del tesoro de los Estados Unidos rinde actualmente cerca del 2.3% anual, lo cual implica que las acciones con alta rentabilidad por dividendos se convierten en una alternativa interesante para muchos inversores que buscan ingresos de efectivo recurrentes.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que una rentabilidad por dividendos elevada muchas veces implica cierta negatividad del mercado al respecto de las perspectivas del activo en cuestión: si el mercado demanda una alta rentabilidad por dividendos para invertir en un activo, esto suele indicar que el mismo es considerado riesgoso o incierto.

Muchas veces, las empresas con alta rentabilidad por dividendos están atravesando períodos de performance financiera desalentadora, o se encuentran en industrias consideradas particularmente riesgosas.

También pueden encontrarse opciones de inversión en compañías con altos dividendos en el sector de los servicios públicos, por ejemplo en distribución de agua potable y energía eléctrica. Estos suelen ser negocios de bajo riesgo debido a la estabilidad de la demanda; sin embargo, las oportunidades de crecimiento suelen ser escasas, lo cual impacta en una mayor rentabilidad por dividendos.

Un punto intermedio es buscar empresas con una sólida trayectoria de aumentos de dividendos a largo plazo. Compañías como Coca-Cola (KO) y Procter & Gamble (PG) acumulan una trayectoria de más de 50 años consecutivos aumentando los dividendos en forma ininterrumpida. Si bien estos son casos excepcionales, no son pocos los casos de empresas con trayectorias de 10 o 20 años consecutivos incrementándolos.

En estos casos, enfocarse en el aumento de dividendos tiene una doble ventaja. Por un lado, es un reflejo muy positivo sobre la calidad del negocio, ya que indica que la firma ha tenido la fortaleza para incrementar los pagos de efectivo a través del tiempo en diferentes tipos de contextos económicos.

Además, si los dividendos van a seguir aumentando en el tiempo, esto tiene implicancias claras sobre el retorno total del accionista. Coca-Cola y Procter & Gamble rinden 2.8% y 2.9%, respectivamente, en dividendos, según el año y la performance de la empresa durante ese período, es habitual que aumenten los dividendos entre un 5% y un 15% por año.

De esta forma, a medida que los dividendos van aumentando, se abren dos escenarios posibles. Si el precio de la acción acompaña las subas, la rentabilidad por dividendos se mantiene estable, y el inversor obtiene ganancias por dos caminos diferentes: dividendos y ganancias de precios.

En caso contrario, es decir, si el precio se mantiene estable o incluso baja a pesar del aumento de dividendos, esto implica necesariamente un aumento de la rentabilidad por dividendos que paga el activo. Es decir, un dividendo en aumento implica subas de precios o aumento de la rentabilidad, lo cual es una ventaja importante en términos de visibilidad para el accionista.

Una tercera alternativa es invertir en compañías con rápido crecimiento de dividendos, incluso cuando la trayectoria de aumentos de dividendos no es particularmente extensa o la rentabilidad por dividendos no es demasiado elevada.

Starbucks (SBUX), por ejemplo, anunció un aumento de dividendos del 23% durante el último trimestre. La rentabilidad por dividendos sigue estando por debajo del 1.4%, por lo cual esta difícilmente sea la alternativa preferida de los inversores que buscan ingresos elevados en efectivo.

Por otro lado, que la empresa tenga la capacidad para incrementar los dividendos en semejante magnitud dice mucho sobre su performance financiera y sus perspectivas de crecimiento. Evidentemente, el management de Starbucks se encuentra confiado en las perspectivas del negocio en los próximos años, de forma tal de comprometerse con generosos aumentos de las distribuciones.

En casos como este, el foco no está puesto especialmente en el dividendo en sí mismo, sino en lo que esto transmite sobre la salud de la empresa y sus perspectivas.

fondos@eleconomista.com.mx

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