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Bruselas mete presión legal a países europeos
Dio un ultimátum de 24 horas a República Checa, Hungría y Polonia para que acepten refugiados bajo un plan conjunto de la UE.
Bruselas. La reiterada negativa de Hungría y Polonia, y en menor medida de República Checa, a acoger refugiados obligó a Bruselas a tomar medidas legales contra esos países por no cumplir el plan adoptado en plena crisis migratoria y que debía plasmar la solidaridad europea.
Tras meses de reiteradas advertencias, Polonia y Hungría seguían sin acoger a ningún solicitante de asilo a fecha del 9 de junio, mientras que República Checa sólo había reubicado a 12 procedentes de Grecia, según cifras del Ejecutivo comunitario.
Ante este incumplimiento, Bruselas activará formalmente hoy estos procesos de infracción que, de llegar a su término, pueden implicar duras sanciones económicas a los países por violar la legislación comunitaria.
Hemos agotado todos los medios , enfatizó el comisario europeo de Migración, quien manifestó su deseo de que estos tres países de la ex órbita soviética cambien finalmente de posición. Todavía hay tiempo , dijo el comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos, en Estrasburgo.
A la espera, 13,000 refugiados
El objetivo del plan era aliviar la presión migratoria sobre Italia y Grecia, donde en el 2015 llegaron más de 1 millón de migrantes, trasladando a otros países de la UE en virtud de una serie de cuotas a los solicitantes con mayores probabilidades de obtener el asilo.
Según cálculos del ejecutivo comunitario, unas 13,000 personas con derecho a ello continúan en estos países del sur de Europa a la espera de ser reubicadas, si bien todavía quedan migrantes por registrar llegados en el 2016 y el 2017.
Bruselas advirtió que los países miembros deberán continuar con las reubicaciones de los migrantes llegados antes del 26 de septiembre del 2017, pese a que, a partir de entonces, la UE tiene previsto volver a aplicar el reglamento de Dublín por el que el país al que llegó el solicitante de asilo se hace cargo del mismo.
Ante el anuncio de la apertura de procesos sancionadores, estos países volvieron a la carga. El canciller húngaro, Peter Szijjarto, los calificó durante la mañana de chantaje , mientras que su homólogo polaco, Witold Waszczykowski, los consideró ilegales .