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Finanzas Personales

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Cambio de hábitos por el precio: Cómo la inflación obliga a comprar a granel y por pieza

La población que gana hasta un salario mínimo viene registrando menores tasas inflacionarias, lo cual se explica por factores como la renovación del Pacic y el cambio de hábito obligado en el consumo, dicen especialistas.

Fernando Franco

Tradicionalmente, la población con menores ingresos padece más la inflación, no sólo con tasas más altas, sino con un menor margen de maniobra para enfrentar el alza en los precios. 

Sin embargo, desde septiembre de 2024, la población que gana hasta un salario mínimo (8,480 pesos al mes en casi todo el país) registra menores tasas inflacionarias frente a los que tienen un ingreso laboral más alto. ¿Esto implica que están mejor? No necesariamente, dicen especialistas.

Tan solo en octubre, para este segmento poblacional (los que ganan hasta 8,480 pesos), la inflación anual fue de 2.89%, menor a la observada a nivel nacional: 3.57%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Así fue la inflación anual para los segmentos poblacionales, al evaluar la clasificación del consumo individual por finalidades:

  • Gana hasta un salario mínimo: 2.89%
  • Gana entre uno y tres salarios mínimo: 3.42%
  • Gana entre tres y seis salarios mínimo: 3.71%
  • Gana más de salarios mínimo: 3.66%

Analistas consideran que este resultado obedece a una serie de elementos, entre ellos un comportamiento más benigno en el precio de los bienes que más demanda la población de menores ingresos, como huevo y productos agropecuarios, así como un menor incremento en las tarifas que administra el gobierno (electricidad y transporte) y la renovación del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic), el cual busca que una canasta de 24 productos básicos no aumente más allá de 910 pesos.

Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, el decil I de la población (menores recursos) destina 51% de su gasto al consumo de alimentos y bebidas dentro y fuera del hogar; 10.4% va al pago de energía eléctrica y combustibles y 4.8%, a transporte público. Este implica que un aumento importante en comida impacta de manera relevante su bolsillo. 

Datos del Inegi dan cuenta que el precio de los alimentos aumentó 3.2% en octubre a tasa anual. El del huevo cayó 1.22% y el de los productos agropecuarios apenas subió 0.10%, mientras que, a su interior, el de las frutas y verduras disminuyó 10.27 por ciento. En tanto, los energéticos y las tarifas autorizadas por el gobierno subieron 2.07 por ciento.

Cambios de hábitos obligados

Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, considera que los que menos tienen siguen siendo los más afectados por la inflación porque, ante el alza de precios, "no tienen mucho de dónde echar mano y no les queda de otra más que comprar menos, dejar de comprar o sustituir unos por otros (más baratos)". Es decir, se ven obligados a realizar cambios de hábitos y aceptar para lo que les alcance.

Al respecto, el presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), Cuauhtémoc Rivera, consideró que hay una precarización del consumo familiar, donde el precio sigue afectando principalmente a los que menos tienen.

La gente consume por precio y, contra su voluntad y su paladar, se está alejando de marcas y de la vida de calidad a la que estaba acostumbrada y cada vez más se ve obligada a comprar y consumir cosas que, aunque no son de su agrado, son de su posibilidad”, expuso.

Por ejemplo, se compran más productos como arroz, azúcar y frijol a granel, que es de menor calidad, porque adquirirlos en bolsa es más costoso.

Otros datos que demuestran la precarización del gasto, añadió, es el hecho de que el huevo sea la proteína más demandada, en lugar de carne o pollo, y que se compre para el consumo por día y por pieza, porque cada vez hay menos familias que tienen presupuesto para adquirir una despensa semanal o quincenal.

Esto se refleja en el ticket promedio en las tienditas, el cual bajó a prácticamente la mitad, al pasar de 100 a 50 pesos.

“La precarización se mide por eso, que se compre por pieza, a granel y con una baja en productos de marca”, señaló Rivera.

Puedes escribir tus dudas a fernando.franco@eleconomista.mx

Fernando Franco

Periodista económico

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