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Perú defiende estado de emergencia en área de proyecto de Southern Copper

El gobierno de Perú justificó la declaratoria de emergencia en la provincia de Islay, donde las protestas contra el proyecto cuprífero de Southern Copper, han dejado cuatro muertos en los últimos meses y mantienen las negociaciones paralizadas.

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El gobierno peruano justificó la declaración de estado de emergencia en la provincia sureña de Islay, donde las protestas contra un proyecto cuprífero del Grupo México han dejado cuatro muertos en los últimos dos meses.

"Hemos hechos todos los esfuerzos para evitar esta declaratoria. Lamentablemente, la violencia y el empleo, al parecer, de cartuchos de dinamita, nos hacen ver la necesidad de proteger a la población", dijo este sábado a la prensa el presidente Ollanta Humala.

"Es para garantizar la paz", añadió el mandatario al justificar la medida.

El régimen de excepción que regirá hasta el 23 de julio otorga plenos poderes a las fuerzas armadas y policiales para detener a cualquier persona sospechosa de actos violentos en las protestas contra el proyecto minero denominado Tía María, a cargo de Southern Perú, filial de la mexicana Southern Copper (Grupo México), en la región de Arequipa.

"Quedan suspendidos los derechos constitucionales relativos a la libertad y seguridad personales, la inviolabilidad de domicilio y la libertad de reunión y de tránsito en el territorio", señala el decreto publicado en la gaceta oficial.

"No es sencillo. Este es un remedio amargo, pero que permitirá curar nuestra democracia", explicó a la prensa el ministro de Justicia, Gustavo Adrianzén.

Suspensión de garantías

El presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, había dicho el viernes al anunciar el estado de emergencia en Islay que el gobierno hará valer su cumplimiento para resguardar la seguridad.

El decreto subraya, sin embargo, que será la policía quien mantenga el control del orden interno y que las fuerzas armadas darán apoyo para garantizar el funcionamiento de los servicios públicos esenciales.

La declaratoria del estado de excepción se precipitó luego de que el viernes estallaran violentas protestas en Cocachacra, la localidad aledaña al proyecto, que le costaron la vida a un poblador durante un enfrentamiento entre manifestantes y la policía.

La víctima mortal del viernes es la cuarta que se registra desde el inicio de las manifestaciones contra el proyecto minero el 23 de marzo.

Los manifestantes rechazan la construcción del proyecto minero alegando que afectaría a la agricultura y al medio ambiente en Islay.

Las protestas del viernes sorprendieron a las autoridades ya que habían amainado en la última semana desde que Southern anunció una pausa del proyecto por 60 días para buscar acuerdos, luego de que el presidente Humala exhortara a dialogar para superar el diferendo.

Sentados en barril de pólvora

El reclamo general en Islay es de que se suspenda el proyecto minero y que se retire de la zona el Grupo México. Los manifestantes han convocado para la próxima semana un paro regional en la zona para apoyar la protesta.

"El problema, ahora, es que la situación en Islay se puede tornar más grave porque la próxima semana se ha convocado a un paro macroregional", advirtió a la AFP el exviceministro del Interior, Carlos Basombrío.

La mina, con inversiones estimadas por 1,400 millones de dólares, producirá 120,000 toneladas anuales de cátodos de cobre. Dicho proyecto, ubicado en el distrito de Cocachacra, provincia de Islay, en la región de Arequipa, en Perú, iniciará operaciones a mediados del 2017.

Southern Copper opera en Perú las minas Toquepala y Cuajone y la refinería de Ilo, así como las operaciones de Buenavista y La Caridad en México.

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