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Muestran GM y Chrysler panorama de la industria para el 2014

Con la entrega de los planes de reestructuración por parte del gobierno de EU, se aclara la perspectiva de cómo será el sector del automóvil estadounidense en el próximo lustro.

Con la entrega de los planes de reestructuración de General Motors y Chrysler al Departamento estadounidense del Tesoro, está un poco más claro el panorama de cómo será el sector del automóvil estadounidense en el próximo lustro.

Para empezar, la mitad de las marcas que ahora conforman General Motors habrán desaparecido.

Hummer, Saturn, Saab y posiblemente Pontiac están destinadas a ser cosa del pasado más pronto o más tarde. General Motors ya advirtió ayer de que si Saturn (la marca diseñada para competir contra los vehículos medios japoneses) no tiene comprador, en el 2011 habrá desaparecido de forma efectiva.

Hummer, el símbolo de los excesos de la época de los grandes SUV todoterrenos, sigue buscando un comprador que lo quiera. Y la prestigiosa marca sueca Saab podría declararse en quiebra este mismo mes.

En este último caso, el gobierno sueco no está contento con la posición de General Motors que ayer prácticamente dijo que Saab había dejado de ser un problema de la compañía y se había convertido en una patata caliente en manos de los contribuyentes suecos.

Por su parte, Pontiac, creada en 1932, inicialmente será transformada en una marca con un número reducido de modelos, lo que anticipa una paulatina desaparición del nombre.

De esta forma, la futura General Motors estará compuesta por Chevrolet (la marca destinada a producir automóviles para el gran público), Cadillac (vehículos de lujo), Buick (vehículos de gama alta) y GMC (camionetas).

La reducción de marcas también se traducirá en una reducción de vehículos disponibles.

Para el 2012 General Motors tendrá 25% menos modelos a la venta. Desde el 2004 habrá pasado de 63 modelos a 36. Y de estos 36 modelos, 70% serán autos o "cruzados" CUV en el 2012 , y 80% en el 2014.

De hecho, todos los lanzamientos de vehículos nuevos previstos para el periodo 2009-2014 son autos o "cruzados". La era de los todoterrenos SUV efectivamente habrá muerto para entonces.

La reducción de marcas y modelos implicará la reducción de concesionarios. El número de establecimientos que venden los vehículos de General Motors es otra de las grandes diferencias con respecto a los fabricantes japoneses radicados en Estados Unidos.

En los próximos cuatro años, los concesionarios de GM pasarán de 6,246 a 4,700, 25% de reducción que se suma 15% ya experimentado entre el 2004 y el 2008.

Finalmente, la capacidad de producción de General Motors en Estados Unidos se verá reducida de forma dramática. El número de factorías plantas motor, estampado y montaje en el 2000 era de 59. A finales del 2008 se redujo a 47. Para el 2014 esta cifra se habrá reducido a 32.

La desaparición de plantas supondrá la eliminación de puestos de trabajo. Dentro de cinco años, GM sólo empleará en Estados Unidos a 72,650 trabajadores, una cifra casi insignificante comparada con los 195,374 que tenía en el año 2000.

Pero para llegar al 2014 como una compañía mucho más modesta y efectiva, General Motors necesitará hasta 30,000 millones de dólares, de los que 13,400 millones ya han sido desembolsados por las autoridades estadounidenses.

GM dijo el martes que la alternativa a la concesión de otros 16,600 millones de dólares en préstamos es la quiebra, que en el peor caso le podría costar a los contribuyentes estadounidenses la friolera de 86,000 millones de dólares. En el mejor caso el coste sería de 25,000 millones de dólares.

Chrysler, que necesita otros 5,000 millones de dólares de ayudas de forma adicional a los 4,000 que ya ha recibido, se expresó en términos similares.

RDS

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