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Germán Herrera, un mexicano dedicado a que la gente "se sienta bien"
Germán es un directivo mexicano trotamundos que actualmente encabeza la filial franco-suiza LOreal enChile.
Santiago.- El mexicano Germán Herrera Garibay vive en Chile desde hace un año, dedicado a la belleza, al frente de la filial de la trasnacional franco-suiza LOréal, pero sobre todo, pone sus esfuerzos para que la gente "se sienta bien".
Herrera Garibay afirmó que lo suyo es la belleza y, sobre todo, garantizar el bienestar de sus clientes mediante un bien cultural que acompaña al ser humano desde la más remota antigüedad: los cosméticos.
El directivo mexicano, un trotamundos que ha vivido en Francia, Perú, Colombia y Venezuela, ha estado en sus aventuras laborales al lado de su esposa y sus tres hijos, a los cuales, señaló, cada vez es más difícil mover de residencia.
Este "chilango y sureño de corazón" indicó que nació en el
barrio de San Jerónimo en la Ciudad de México hace 50 años, y tiene su casa habitación en la zona de Tlalpan, aunque ahora reside en la capital chilena.
El director general de L"Oréal Chile, a cargo de unas mil
personas en empleo directo e indirecto, vive en un país que lo conquistó, aunque mantiene la convicción íntima de volver un día a su tierra natal.
Para este licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Iberoamericana, Chile significa la culminación de una carrera de 19 años en la empresa franco-suiza, la mayoría de ellos en destinos fuera de México.
Confesó que tuvo una oferta de irse a la conquista del mercado de China, pero que declinó el promisorio desafío, porque su corazón le dijo que se mantuviera en las Américas para mantener la identificación cultural de su familia con sus raíces.
Herrera Garibay inició su vida laboral en el área de mercadeo de Nestlé, y luego de algunos años se independizó para seguir una de sus pasiones al frente del negocio L’Oreal, una fábrica de productos para el cuidado de la piel, maquillajes y perfumes.
El emprendimiento, sin embargo, poco pudo hacer ante la severa crisis económica de 1982 en México y, tras cuatro años de experiencia como independiente, el empresario debió cerrar las puertas y encaminarse hacia la filial mexicana de la trasnacional L’Oréal.
Así unió su pasión por el mercadeo, su gusto por la belleza y "ni modo -dijo- si no puedo contra ellos, me les uno", y la necesidad se hizo virtud.
El directivo se siente a sus anchas y explicó que L’Oréal vende "bienestar, el sentirse bien, todo lo contrario de vender la ilusión de la belleza".
Los productos de la trasnacional, aunque están destinados en forma primordial a las mujeres, buscan también extenderse hacia los hombres, "un sector que está en pleno crecimiento y que sin duda va a ser el de mayor desarrollo para los próximos 20 o 30 años", estimó.
Consideró que "querer sentirse bien es un sentimiento totalmente universal" y reconoció que el concepto apunta al estado de ánimo, el cual también corresponde al nivel orgánico del individuo y el combate contra el envejecimiento.
Esto de verse mejor y de sentirse mejor en su piel es algo muy antiguo en la historia de la humanidad y en las propias culturas andinas, cercanas a Chile, donde todos los accesorios de oro son accesorios de belleza, aseveró.
Herrera Garibay subrayó que el mercado de belleza en el mundo es el que mejor se desempeña en momentos de crisis y en épocas de expansión económica, pues la gente se quiere sentir bien en situaciones de dificultad, y mejor en momentos de crecimiento.
Pese a la vorágine de encabezar en Chile esta industria del
"sentirse bien", el directivo no olvida su terruño y la fuerza que tiene su país en su familia, conformada por su esposa Laura y sus hijos Tania, de 18 años, y los mellizos de 11 años Iván e Isabella.
"Vivimos México todos los días, en la mesa. Ya simplemente de ahí lo vivimos a diario", subrayó el directivo al revelar que viaja una o dos veces al año y "regresamos con maletas bastante cargadas de alimentos de todo tipo".
El director general de L"Oréal Chile indicó que traen "desde dulces con picante y hasta jamaica en polvo, latas de salsa picante, latas de huitlacoche y de "ene" (muchas) cosas, que forman parte de la cocina mexicana y que consumimos a diario".
Las infaltables tortillas, elemento básico de la alimentación de los mexicanos, "las hemos aprendido a hacer en casa y se comen a diario en nuestra mesa".
Aseguró que "seguimos conservando de manera importante nuestros hábitos alimenticios y guardamos una relación diaria con comunicación con la familia a través de Internet. Vamos a ver los cantantes mexicanos cuando vienen, como -por ejemplo- Luis Miguel".
Herrera Garibay manifestó que, "sin duda, los amigos es lo que más se echa de menos. La comida no y la cultura tampoco, porque en el mundo de la globalización hay muchos medios de resolverlo".
"Más bien es el día a día lo que se extraña, los buenos amigos que se dejan de ver, las reuniones. y, en momentos de vacaciones, la calidad de nuestras playas", precisó este exitoso ejecutivo mexicano, que ya piensa en terminar con su peregrinar.
"En la medida que los hijos crecen se torna mucho más difícil moverlos. Si bien no me lo he planteado de manera directa y clara, va a tener que llegar un momento en el cual haya que establecer el no moverse más, pero todavía no", reveló.
El establecimiento definitivo en un país, ya sea México o Chile, es una idea que pasa por la cabeza de Herrera Garibay, aunque subrayó que "sinceramente no lo sé, esos son planteamientos que varían día tras día, y que dependen mucho de las circunstancias".
Dijo que "sin duda, las opciones están abiertas. Mucho depende de las opciones profesionales para definir a dónde se mueve uno".
El directivo, mientras tanto, sigue sus labores en su amplia oficina de la sede de L’Oréal en Chile en la populosa comuna de Conchalí, en el sector norte de la Región Metropolitana, a la espera de darse el tiempo para escuchar ópera.
Una de sus "asignaturas pendientes" es aprender a tocar violín, para lo cual aún no tiene el instrumento ni el tiempo, pero sí la decisión de hacerlo, pues "nunca es tarde".