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Arte e Ideas

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Nelly Furtado, sin igual

En el mundo del pop, todo parece fácil menos ser fresco. El pop es como la ropa usada: aunque digas que no es vieja sino vintage sabes que alguien más ya la sudó hasta la fatiga.

En el mundo del pop, todo parece fácil menos ser fresco. El pop es como la ropa usada: aunque digas que no es vieja sino vintage sabes que alguien más ya la sudó hasta la fatiga.

Por eso Nelly Furtado no tiene igual. Revisar su historia musical es como seguir una rutina saltos mortales poco ensayada pero triunfal.

Por eso hay que ir a verla hoy en el Auditorio Nacional. Nelly Furtado es una popera dispuesta a romperse el cuello en cada voltereta musical.

Ninguna otra estrella pop se atreve a ir del fado al hip hop en el mismo disco y menos en su álbum debut. Sólo Nelly Furtado, que en el 2000 arrasó en el mercado anglo con Whoa Nelly!, un disco que deparaba un paraíso de sonido para aquel que e atreviera a trasponer el umbral poco promisorio que abría la fresísima balada I’m like a Bird.

En Whoa, Nelly!, hay agonías alcohólicas (Party), himnos al poder femenino (Turn Off the Lights, Trynna Find the Way), y reclamos destructivos (I Will Make U Cry, Onde estás). Esta muchacha portuguesa avecindada en Toronto quería demostrarle al mundo que era una tipa dura con look de hippy, capaz de un cosmopolitismo insólito en alguien de 21años.

Ni que decir que sus experimentos fueron recibidos con desconcierto, especialmente cuando apareció su siguiente disco, el subestimado Folklore.

En él rinde homenaje sincero a sus raíces portuguesas a dueto con Caetano Veloso en la bella Island of Wonder, le canta al futbol soccer en Forca! y se rebela contra una industria que la obliga a aclararse la piel para salir en la portada de una revista , según canta en Powerless (Say What You Want).

Como en la industria pop eso de reinventarse sólo se le permite a Madonna, el fracaso en ventas de su segundo disco auguraba el pronto fin de la carrera de Nelly. Pero detener a alguien tan creativo es imposible. Si la industria quería más dance y menos fado, eso les dio... con hip hop gangsta. Esa fue la tónica del mega popular Loose, producido por el rapero Timbaland y la propia Nelly, un disco tan diverso que en él cupieron duetos con Calle 13 y una balada en español con Juanes.

El exotismo abrió para Furtado todo un horizonte: el poplatino. Su siguiente salto mortal fue Miplan, un álbum completamente en español dirigido al público latinoamericano, lo que para la crítica anglosajona equivalió a escaparse con un circo de payasos balcánicos.

Mi plan no es un triunfo de la experimentación pero ah, qué pegajoso está. El concierto de esta noche promete. Al menos un buen baile sí va a ser.

cmoreno@eleconomista.com.mx

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