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Arte e Ideas

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Empeños en ?San Luis Potosí (I)

Mi ojo derecho vio por primera vez el Sol con tal cercanía. Por la noche, las Aguas de Lourdes y la sonrisa del loro hicieron que mis padres me abrazaran.

El pasado fin de semana, se celebró el Encuentro de Cultura San Luis Potosí, organizado por la Secretaría de Cultura. Un esfuerzo singularizado por el activismo de las administraciones municipales.

Es mediodía. Me sumerjo en el sótano del Bar Tampico, ubicado a unos pasos del Palacio de Gobierno. Las Aguas de Lourdes, agua mineral alcalina y litiada por la naturaleza , revuelven sin prisa la buena dosis de Ron Huasteco Potosí Añejo que ha servido Isabel.

Al loro que sonriente mira al bebedor lo descubrí de niño a la hora del aperitivo que acostumbraron mis padres.

Su estampa en una barrica bien acuñada, el vidrio verdísimo y el tremendo cuello de la botella cuyo peso le da un porte inolvidable.

En aquellos años de mi infancia la producción del ron era abundante; ahora se toma con la etiqueta casi artesanal.

Tras dos fugaces encuentros hace décadas, desde esta guarida que protege de los fantasmas que rondan el historial político del centro de San Luis Potosí, me asomo a unos fragmentos del potosí creativo, emprendedor.

Lo hago primero con gratitud al incansable gestor cultural que es Juan Carlos Díaz Medrano, director de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura (SC), quien puso el pretexto para esta travesía: ser parte del Encuentro de Cultura SLP: cultura+participación=desarrollo, con fuerte influjo municipal (ya les contaré en el siguiente Paredón).

Mi agradecimiento a tantos más que forman un equipo de trabajo experto y amable que preside el secretario Xavier Torres Arpi; en especial, Marcela Godínez, Verónica Rimada y Mauricio Gómez quien, además de director de Organismos de la SC, es un sabedor de los montones de surcos del rostro de su tierra. Bajo su guía me emocioné en el Bar Tampico y en la microcervecería La Oruga y La Cebada, donde se colma uno de las texturas producidas en la fábrica La Legendaria.

Tres exquisiteces: la Segundo Imperio, oscura, compleja y robusta , la 2 de Abril, de carácter asertivo y color cobrizo y la 1810, suave y refrescante, de color dorado con ligero aroma a flores y hierbas frescas . Aldo Zúñiga, el cerveman, sabe la emoción que sirve en la casona que se ubica a unos pasos del templo de San Francisco y de la mismísima SC.

Desde la terraza el callejón se colorea con las mercancías de numerosos artesanos, con la piedra reluciente, la cantera y el cielo limpio, azul del desierto cuya fertilidad nos da el peyote.

No muy lejos está el Centro de las Artes, aclamada reconversión. Hasta 1999, sirvió como reclusorio, como marca del Porfiriato. A partir del 2009 y bajo el sello del centenario de la Revolución, es un notable equipamiento generador de creatividad. La torre de vigilancia -el estilo panóptico- es ahora un símbolo de remembranza donde la crueldad y las formas de aplicar justicia se mira en productos cuyo mercado aún está por alentarse.

Omnipresentes los reclusos, por celdas y patios van y vienen jóvenes que buscan su libertad allá afuera, donde el comercio y el consumo disputan a sus presas.

Si una penitenciaría decimonónica anuda valores y significados, una arquitectura que reinventa los múltiples imaginarios de una hacienda hace elástica la historia y los confines del universo. Tangamanga se considera el segundo parque urbano más grande del país.

Si en Chapultepec tenemos un castillo, aquí está el Laberinto de las Ciencias y las Artes. Tales para cuales: Maximiliano y el arquitecto austriaco Carl Gangolf; los Legorreta y la Marinela Servitje. Y alguien que sabe al revés y al derecho los entretelones del Laberinto es Óscar Delgadillo, director de Operaciones.

Algunos elementos: fue inaugurado en septiembre del 2008; cuenta con cinco salas temáticas; la inversión fue de 400 millones de pesos, obtenidos vía Impuesto Sobre Nómina de los empleados estatales; suman 1,525 días de operación, 694,726 asistentes al 21 de este junio, lo cual promedia 456 visitantes por día.

En el 2012 ejerció un gasto de casi 30 millones de pesos, de los cuales 6 fueron ingresos propios. Los gestores educativos o huachis son 135, quienes cumplen así su servicio social. La planta fija es de 56 y vía outsourcing 37 más para sumar 228 trabajadores.

El Laberinto tiene observatorio y telescopio. Mi ojo derecho vio por primera vez el Sol con tal cercanía. Por la noche, las Aguas de Lourdes y la sonrisa del loro hicieron que mis padres me abrazaran.

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