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Ramón Castro y Castro, un obispo que crece en poder
Considerado como uno de los pocos obispos que en el ejercicio de su trabajo se acercan al modelo descrito por el papa Francisco, en cuanto a la cercanía con la gente, el XII obispo de Cuernavaca es una personalidad pública en ascenso.
De la trayectoria eclesiástica de monseñor Castro destaca que su mentor es Emilio Berlie, hoy arzobispo emérito de Yucatán y uno de los miembros del llamado club de Roma; fue él quien lo impulsó a la diplomacia y a la dignidad episcopal.
Un segundo aspecto es que estuvo fuera de México de 1985 al 2004, años en los que el país cambió de manera sustancial. No vivió las batallas de la Iglesia por los cambios constitucionales, ni la de apertura política, ni la alternancia de partidos, ni la emergencia de la guerrilla, ni la debacle económica de 1995. En cambio, tuvo la oportunidad de conocer a los altos jerarcas de hoy en la Santa Sede, lo que le valió ser el coordinador de la visita de los obispos al papa en el 2014.
Un tercer punto es que monseñor Castro es el obispo que más se acerca al modelo del papa Francisco en cuanto a cercanía con la gente.
Del paso de Ramón Castro como obispo auxiliar de Yucatán no hay mucho qué decir. Con respecto a su labor como obispo de Campeche, fue muy eficiente en el terreno pastoral: el número de sacerdotes ascendió de 54 a 114, más de la mitad de origen local; las parroquias pasaron de 34 a 62 y se contuvo el avance de las sectas. Por contra, se le acusó de ser afecto al lujo -construyó una residencia de más de 10 millones de pesos- y de proteger a curas pederastas procedentes de otras diócesis. A pesar de haberse relacionado bien con la clase política y empresarial, tuvo algún desencuentro durante la coyuntura electoral 2012, cuando llamó a los fieles a no votar por los partidos que impulsaran la legalización del aborto y el matrimonio igualitario, léase el PRD.
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En el 2013, el primer movimiento que hizo el papa Francisco en México fue el traslado de Ramón Castro a Cuernavaca. La toma de posesión del obispo fue un evento que sacudió a toda la clase política morelense, incluido el gobernador Graco Ramírez. Sin embargo, la relación con éste se enfrió cuando el obispo optó por acompañar a la sociedad civil en su creciente repudio al gobernador -ha encabezado cuatro marchas por la seguridad- y también por ir a contracorriente de las iniciativas del gobierno de Morelos a favor de los matrimonios igualitarios y la legalización de la marihuana y del aborto.
El desencuentro se ahondó tras el cateo injustificado por parte del Mando Único policial al domicilio del vicario general de la diócesis a principios del 2015.
Desde julio del año pasado, el obispo de Cuernavaca ha enfrentado diversas acusaciones: La comunidad de Tepalcingo interpuso una demanda judicial contra el párroco y el obispo por el robo de una custodia valiosísima y por el mal manejo de los ingresos procedentes de la feria de la comunidad. Asimismo, un ex seminarista, Felipe Izquierdo, acusó judicialmente a Castro de proteger a dos sacerdotes pederastas que abusaron de él en Campeche entre el 2007 y el 2008.
El Movimiento por la Igualdad en México interpuso una queja contra el obispo ante la Conapred, por actos de discriminación en contra de parejas del mismo sexo. En tanto, el PRD denunció a Castro ante la Segob por infringir la Ley de Asociaciones Religiosas al recibir en la catedral de Cuernavaca el 28 pasado julio a grupos inconformes con el gobierno local -especialmente transportistas, el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Alejandro Vela, y la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos- con el objeto de conspirar para destituir al gobernador.
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Con respecto a esta última acusación, el obispo Castro respondió mediante un video, aclarando que él no había convocado a la reunión y que sólo había prestado las instalaciones. Afirmó que continuará escuchando a los morelenses, incluso los no católicos, porque es parte de su misión pastoral, aunque ello lo lleve a la cárcel. Sin mencionar al obispo, Graco Ramírez dijo que fuerzas conservadoras confabulan en su contra para desestabilizar su gobierno.
La situación del obispo Ramón Castro ha llamado la atención de publicaciones católicas internacionales como ACI Prensa, Aleteia, Zenit, que destacan el nivel de violencia que se vive en Morelos y el acoso del que ha sido objeto el obispo por parte del gobierno perredista local.
Diplomático con carrera de pastor
Originario de Teocuitatlán de Corona, Jalisco, donde nació el 27 de enero de 1956, Ramón Castro y Castro, obispo XII de Cuernavaca, Morelos, es licenciado en Filosofía por la Universidad del Valle de Atemajac, Guadalajara, y alumno del seminario de Tijuana entre 1973 y 1981. Ramón Castro fue ordenado presbítero en mayo de 1982 por el entonces obispo Juan Jesús Posadas Ocampo. Tras su ordenación, estuvo adscrito a una parroquia en Ensenada hasta 1985, cuando el nuevo obispo de Tijuana, Emilio Berlie, lo envió a la Pontificia Academia Eclesiástica para ingresar al servicio diplomático vaticano. Aparte de Ramón Castro, sólo tres mexicanos más han pasado por la Academia Eclesiástica: José Guadalupe Martín Rábago, arzobispo emérito de León; Luis Robles Díaz, único nuncio mexicano, fallecido en el 2007, que representó a la Santa Sede en Sudán, Uganda y Cuba, y Fermín Sosa, también ligado a Berlie.
En la academia, Castro y Castro coincidió con dos jóvenes sacerdotes italianos: Pietro Parolin, hoy secretario del Estado Vaticano, y Franco Coppola, el nuevo nuncio apostólico que llegará a México. En Roma, el actual obispo de Cuernavaca se licenció en Derecho Canónico por la Universidad Gregoriana (1985-1987), donde también coincidió con Parolín, y se doctoró en Teología Espiritual por la Pontificia Facultad Teológica Teresianum, de los carmelitas descalzos. Su tesis doctoral versó sobre la espiritualidad de los representantes pontificios, de lo que se infiere una vocación diplomática por encima de la pastoral.
En 1989, al concluir sus estudios en la academia, Castro fue destinado a las nunciaturas en Zambia y Malawi de 1989 a 1992; pasó a Angola durante los siguientes dos años; de ahí a Ucrania, de 1994 a 1996. Fue trasladado a Venezuela por tres años y fue enviado a Paraguay en 1999. Al regresar a Roma en el 2001, fue nombrado director del Óbolo de San Pedro, cargo que ejerció hasta el 2004 y que consiste en administrar los recursos de donativos y limosnas procedentes de todas las diócesis.
Cuando por edad y méritos le tocaba obtener la dignidad de nuncio apostólico, mons. Castro fue retirado del servicio exterior vaticano y reinsertado en tareas pastorales. En abril del 2004, Juan Pablo II le dio la dignidad episcopal; Castro fue consagrado obispo titular de Suellvi y auxiliar de Yucatán, el 3 de junio del 2004 en la catedral de Mérida por el arzobispo Berlie, el entonces nuncio Giuseppe Bertello y por el obispo de Tijuana, Rafael Romo.
Dos años después, el 8 de abril del 2006, Castro fue nombrado obispo de Campeche por Benedicto XVI. Ahí permaneció hasta mayo del 2013, cuando fue trasladado a la diócesis de Cuernavaca por el papa Francisco. Tomó posesión el 10 de julio del 2013.
Mons. Castro fue el responsable de coordinar la visita ad limina de los obispos mexicanos a la Santa Sede en mayo del 2014.
Actualmente, es responsable de la dimensión Justicia, Paz y Reconciliación de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, de la Conferencia del Episcopado, para el trienio 2016-2019.
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mfh