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Embrollo energético
En el sector energético las primeras señales del nuevo gobierno dejan ver que viene un embrollo.
Algunas declaraciones del próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, han sido: dejaremos de exportar petróleo; no utilizaremos el fracking; construiremos una refinería, bajaremos el precio de las gasolinas.
Se trata de señales que anticipan una situación difícil de resolver, de un embrollo. Vamos por partes.
No exportaremos petróleo
El presidente electo de México dijo en días pasados que durante su gobierno México extraerá únicamente el petróleo que se requiera para satisfacer el consumo interno, se va a dejar de exportar este recurso al extranjero.
La intención del virtual presidente de México es procesar la mayor cantidad posible de petróleo (para producir gasolinas) y mantener lo más que se pueda, para heredarlo a las próximas generaciones.
Modelo cardenista
El dirigente de Morena ha dicho que su intención es utilizar al petróleo como una herramienta de desarrollo y fortalecimiento del mercado interno, tal y como se hizo a partir de la expropiación petrolera durante la Presidencia de Lázaro Cárdenas.
La idea en general es muy atractiva, en términos políticos.
La mayor parte de los mexicanos idealiza la expropiación petrolera.
Y muy probablemente la mayoría está de acuerdo en que el petróleo “es de los mexicanos” y “debe beneficiar a los mexicanos”, como si no hubiera sido así a lo largo de la historia de México, incluso antes de la expropiación petrolera.
Petróleo y desarrollo
La industria petrolera en general y, en particular de Petróleos Mexicanos (Pemex), ha sido un pilar fundamental del desarrollo nacional.
Independientemente de los nefastos actos de corrupción que se han registrado en la empresa petrolera, en distintos capítulos de su historia, también es cierto que es una compañía por la que han transitado miles de mexicanos honrados, con alto nivel de conocimientos y un profundo sentido patriótico.
Crudo y rentabilidad
Por eso vale la pena preguntar si la intención de dejar de exportar petróleo, además de una muy buena idea, en términos políticos, es una buena idea económica.
¿Por qué? Porque en las circunstancias actuales la exportación de petróleo crudo es más rentable. Pemex ha privilegiado en los últimos años la exportación del petróleo crudo porque genera más rentabilidad para el país.
Un dato contundente lo dio en días pasados el ingeniero Juan Javier Hinojosa Puebla, director de Pemex Exploración y Explotación (PEP).
El costo de producción de petróleo en el campo Yaxché ronda entre los 4.5 y 6 dólares en promedio.
Ése es el dato. Frente a ese costo de producción y el precio al que cotiza hoy la mezcla mexicana de petróleo de exportación que ronda los 70 dólares por barril de petróleo, no hay mucho margen para dudar que la rentabilidad del petróleo crudo es muy importante.
Divisas petroleras
Otro dato que puede ayudar a la reflexión es cuánto recibe México hoy por las exportaciones de su petróleo. De acuerdo con las cifras oficiales de la petrolera, al 30 de junio de este 2018, el valor de las exportaciones alcanzó una cifra de 250,400 millones de pesos.
Y de mantenerse la tendencia y las condiciones de precio, se podría registrar al cierre del año una cantidad de ¡500,000 millones de pesos!
Por supuesto se trata de ingresos muy importantes.
Y son todavía más importantes, considerando el estrecho margen de maniobra que tienen los gobiernos mexicanos en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
¿Refinar?
Lo que también hay que destacar es que López Obrador dijo que se dejará de exportar petróleo en el mediano plazo. Seguramente está considerando la construcción de la refinería que planea realizar.
Y por cierto, esa otra idea, la construcción de una refinería, ha prendido los focos rojos de las agencias calificadoras que observan con lupa el comportamiento de las finanzas de Pemex. El embrollo energético no termina ahí.
No al fracking
Por otra parte, el presidente electo ha dicho enfáticamente que en su gobierno no se utilizará la técnica del fracking para extraer gas y petróleo.
El actual secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, ha dicho que sería un error prohibir el fracking porque dañaría la seguridad energética nacional.
Más allá de la declaración del funcionario están las cifras oficiales. La mayor debilidad de México hoy en materia energética no es por la importación de gasolinas, sino la importación de gas. México importa 90% de gas que consume y paradójicamente posee yacimientos extraordinarios de este energético que podrían cambiar radicalmente el escenario con la utilización de la técnica fracking.
Y por último está la promesa inicial que se ha ido modificando (afortunadamente) en el sentido de que se reduciría el precio de las gasolinas.
Todo parece indicar que en el gobierno que está por iniciar ya hay una mayor conciencia en torno al precio del combustible.
Sin embargo, en conjunto, las señales en torno al sector energético representan más un acertijo que preocupa, que un plan definido que genera certeza. Al tiempo.
ATISBOS
DOBLE HIT. Cofece, presidida por Jana Palacios, se anota doble hit. Por un lado Cofece impide la operación de compra-venta clandestina de Nadro por parte de Marzam. Cofece la investiga por la difusión de los Panama Papers. Al verse descubiertos, los agentes involucrados se acogieron al beneficio de dispensa de la ley de competencia para presentar compromisos que resuelvan el problema de competencia. Y por otra parte Cofece desmiente a la agencia de relaciones públicas de la empresa, que difundió un comunicado con el estilo de los que emite la Cofece pretendiendo hacer creer que la operación no había afectado al mercado de distribución farmacéutica y que la operación siempre había sido legal y válida.