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Compendio de malas decisiones financieras (Parte 2 de 2)
Todos cometemos malas decisiones financieras. Eso me incluye y aquí he contado algunas de las mías. Pienso que hay valor en conocer estas experiencias, porque siempre se puede aprender de los errores de otros, además de los propios.
En la primera parte escribí sobre tres casos, hoy cierro la lista con otros cuatro. Apenas una pequeña muestra de los que recibo:
4.- Marta y Gerardo fueron al centro comercial con su familia durante “El Buen Fin”. Su intención era aprovechar las promociones para comprar ropa nueva para sus tres hijos, en una tienda departamental.
Como la ropa estaba rebajada y había mensualidades sin intereses, gastaron un poco más de lo que tenían pensado. Después de comer, Marta vio unos zapatos en una vitrina que le encantaron y aunque estaban bastante caros, podían pagarse a meses así que no se pudo contener. Ya casi de salida, vieron un paquete de una pantalla plana enorme con un un home theater que tenía un descuento importante (son productos que van de salida) y los niños les convencieron que era una gran oportunidad de renovar la que ya tenían en casa, que era más pequeña y no tenía la misma resolución que la nueva.
Cuando llegó el estado de cuenta, se fueron de espaldas. El monto que tenían que pagar, de puros “meses sin intereses”, era superior a la mitad del ingreso mensual de la familia, lo cual los ponía en serios aprietos financieros.
5.- Gaby estaba muy preocupada por su retiro. Era soltera y muy ahorrativa. Había comprado ya dos seguros de vida dotales (que brindan protección por fallecimiento e invalidez, además de un ahorro garantizado) y estaba considerando otro más, pero el presupuesto no le daba. Por eso me contactó.
Ella pensaba que esos seguros eran buenísimos: se los vendieron con proyecciones engañosas, que utilizan casi todos los agentes, en las que parece que la suma asegurada que uno recibe, es tres veces el dinero aportado.
Se fue de espaldas cuando le demostré que, en realidad, recibirá lo mismo que aportó, actualizado con la inflación, pero no una ganancia en términos reales.
La buena noticia es que Gaby ganaba bien, no tenía compromisos financieros y tenía capacidad de ahorro. Pudo conservar sus dos seguros (cancelarlos suele ser muy costoso y además siempre es buena idea tener protección por invalidez). Pero también pudo generar un plan propio de inversión que realmente le permitirá alcanzar su meta de retiro en el futuro.
6.- Mercedes contrató un “seguro” de inversión para el retiro que parecía muy atractivo. Le dijeron que era indexado al S&P 500, le mostraron proyecciones con los rendimientos de dicho índice (no con los que en realidad había obtenido ese producto, después de costos y comisiones cobradas por la aseguradora).
Además le vendieron que incluía un “bono de fidelidad” que se acredita y genera rendimientos desde el principio (ese dinero está aparte y no se invierte de la misma manera). Pero se puede perder en su totalidad si deja de hacer alguna de sus aportaciones comprometidas.
La realidad fue muy diferente de lo que le vendieron. Las comisiones de ese producto son altísimas y los rendimientos, en su caso, ni remotamente parecidos al famoso índice.
Es fundamental entender el producto que uno está comprando, el impacto de los costos y no fijarse sólo en las proyecciones que nunca consideran todos los supuestos.
7.- Carlos era un alto ejecutivo en una compañía internacional, con un salario muy elevado. Entre sus prestaciones tenía opciones sobre acciones de la empresa, además de un buen plan de retiro. Un tiempo después de que esa empresa fue adquirida por otra más grande, hubo un ajuste de personal y él fue liquidado. Recibió su indemnización de ley, así como el importe de sus acciones tomando en cuenta el precio de adquisición (que traía una prima sobre el precio de cotización en el mercado). En total fueron varios millones y él pensó que le duraría mucho tiempo.
Lo que nunca pensó es que tenía que pagar las tarjetas, los préstamos de coche, la hipoteca y la boda de su hija (se lo había prometido). En menos de un año se le estaba terminando el dinero y estaba desesperado porque no encontraba un trabajo similar.
La vida cambia y a veces las cosas ya no van bien. Esto ilustra la importancia de construir activos (inversiones) con parte de lo que ganamos, no pasivos (créditos).
En todas estas historias hay muchas lecciones. ¿Te identificas con alguna? ¿Qué tienes que hacer para cambiar de fondo tus finanzas personales?
La vida cambia y a veces las cosas ya no van bien. Esto ilustra la importancia de construir activos (inversiones) con parte de lo que ganamos, no pasivos (créditos).