Carlos Slim, dos imágenes

RICOS Y PODEROSOS Por: Marco A. Mares

Carlos Slim Helú, el hombre más rico de México, fue entrevistado por dos revistas y a pesar de ser el mismo rostro, proyectó dos imágenes.

En una, con la revista The New Yorker, proyectó la imagen del todopoderoso que choca de frente con el Presidente de la República.

Y en la otra, con la revista Quién, proyectó la imagen de un hombre que a pesar de su inmensa fortuna tiene fortalezas y debilidades, como las de cualquiera.

La primera de las publicaciones sacó a la luz pública una fallida negociación entre Carlos Slim Helú y el presidente Felipe Calderón.

El propietario de Grupo Carso habría dicho que a todo estaba dispuesto, menos a destruir Telmex, en respuesta a las peticiones que le hizo el gobierno.

El presidente Felipe Calderón y su exsecretario de Comunicaciones, Luis Téllez, ofrecieron a Slim eliminar la prohibición para que Telmex participe en el mercado de televisión a cambio de que permitiera a sus competidores usar con un bajo costo la infraestructura de la compañía telefónica en las zonas más rentables del país.

Después de una tensa reunión de más de dos horas en la residencia oficial de Los Pinos, Slim rechazó la propuesta, bajo el argumento de que aceptarla sería destruir a la compañía.

El gobierno mexicano habría puesto sobre la mesa peticiones específicas para procurar una mayor competencia en el mercado de las telecomunicaciones.

La respuesta de Slim parecería la de un no absoluto; un no rotundo a la competencia.

Pero no es exacto -desde el punto de vista de su equipo- pues el ingeniero Slim -como le dicen invariablemente sus cercanos- hizo contrapropuestas.

Planteó la consolidación de las Áreas de Servicio Local (ASL) pero en función de criterios geográficos y de densidad poblacional.

Se opone a la consolidación que proponen las autoridades porque, desde su punto de vista, favorece a uno de sus competidores.

En cuanto a las tarifas de interconexión, sugiere tarifas intermedias y que sus competidores reflejen el beneficio a los clientes para evitar que, en aras de la competencia, las otras empresas fortalezcan sus tesorerías.

Sin embargo, las propuestas de Slim no salieron en la foto que se difunde sin matices.

Por lo que toca a la reunión de alto nivel confirmar lo que se comentaba en los corrillos, aunque con distintas variantes en función de la fuente que lo contaba.

El hecho es que sí se realizó, que fue tensa y que a partir de entonces el gobierno de Felipe Calderón está tomando decisiones que buscan enfrentar al consorcio de Carlos Slim.

Respecto de la revista rosa Quién, simple y sencillamente desmitifica al poderoso empresario.

Slim -retrató Quién- es un hombre de familia que gusta de manejar su propio auto, que duerme la siesta y que desde pequeño encontró su vocación de inversionista.

Fueron dos flashazos de un mismo hombre que proyectó dos imágenes.

Telecomunicaciones, sólo para grandes

Aunque en el momento en que lo dijo, hace varios meses, muchos lo criticaron, todo parece indicar que el zar antimonopolios tenía razón: el mercado de las telecomunicaciones es sólo para grandes jugadores. Eduardo Pérez Motta dijo, y lo sigue diciendo, que en algún momento el mercado de telefonía, Internet y telefonía terminaría concentrado en unos cuantos y grandes jugadores.

Parecía ilógico que el responsable de la libre competencia en México dijera algo así.

Sin embargo, el avance de la tecnología que ha derivado en la acelerada convergencia le está dando la razón.

La pulverización de las empresas cableras está llegando a su fin con la consolidación, por una parte, que ha venido realizando Cablevisión, de Televisa, y por la otra con el nacimiento de la alianza comercial YOO, en la que los principales cableros: Megacable, Cablemás, Cablevisión Monterrey y Cablevisión, unen fuerzas para ofrecer triple play.

En la telefonía, a jalones y estirones, las empresas competidoras de Telmex y Telcel siguen ganando participación de mercado.

En el escenario potencial, hay quienes anticipan una alianza entre Televisa y Telefónica. Y el retardo en la eliminación de la prohibición del título de concesión de Telmex, para que pueda ofrecer televisión de paga, está ayudando a la constitución de rivales que compitan con ésta.

El tiempo le está dando la razón al zar antimonopolios. ¡A ver!

Cuentos veras

Tómelo con reservas, pero juran y perjuran fuentes muy bien informadas que Carlos Slim Helú no planea vender el paquete de acciones que a través de Inbursa -presidida por Antonio Slim- mantiene en Televisa de Emilio Azcárraga Jean.

En el remolino de decisiones que se han tomado a últimas fechas desde el gobierno mexicano y que culminaron con la decisión de licitar parte de la fibra oscura de la Comisión Federal de Electricidad, que dirige Alfredo Elías Ayub, algunos analistas creen que la eventualidad de que le sea modificado el título de concesión a Telmex para que pueda ofrecer servicio de televisión de paga, llevaría al hombre más rico de México a desinvertir en Televisa.

Sin embargo, hasta ahora, Slim Helú no lo tiene planeado así, aun cuando su participación accionaria se ha reducido de 6 a 2% en los últimos años.

En la otra cara de la moneda, los analistas de Grupo Financiero Banamex se preguntan si Televisa, de Emilio Azcárraga Jean, incursionará en el negocio de la telefonía móvil ante la inminente licitación de frecuencias de espectro radioeléctrico que está por realizar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que encabeza Juan Molinar Horcasitas, en las bandas 1.7 y 1.9.

Los mismos analistas responden la interrogante y anticipan que Televisa tiene una probabilidad superior a 50% de que sí lo haga en los próximos 12-18 meses.

En su pronóstico, el Grupo Financiero Banamex anticipa que los participantes en la licitación de espectro de tercera generación tendrán que invertir entre 1,000 y 1,500 millones de dólares y habla de la posibilidad de que la subasta registre una baja presencia de nuevos participantes.

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