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Brasil se toma en serio la política industrial
El gobierno de Lula da Silva encargó a Mariana Mazzucato, la gurú de la política industrial, la propuesta de un ambicioso programa de transformación económica, probablemente no visto en América Latina desde los años setenta. El propósito es fortalecer el crecimiento económico de largo plazo, combatir el cambio climático, proteger el amazonas y avanzar en la equidad e inclusión económica. La idea es que, en una de las mayores economías del mundo, el Estado sea capaz de dirigir el rumbo del crecimiento y modelar, no solamente corregir, a los mercados para que sirvan a la gente y al medio ambiente. Es interesante que en la economía vecina, Argentina, se propone exactamente lo contrario, un excesivo programa de desregulación y reducción del tamaño del Estado. Mientras que en Brasil se apuesta por transformar la economía y orientarla desde el Estado, en Argentina se piensa que la liberalización es la respuesta.
En Brasil se propone poner la transición energética al centro de la política económica, como una alternativa de generar oportunidades económicas, con tecnología, innovación y la coordinación de todos las agencias del estado. Brasil presenta problemas de pobreza y desigualdad económica, carencias de conectividad, consecuencias negativas del cambio climático y la devastación del Amazonas debido a las políticas de la administración anterior. El país también presenta un fenómeno de desindustrialización prematura, la contribución de la manufactura es similar a la de mediados del siglo pasado. Un país que no forma parte de los grandes polos regionales no fue capaz de mantener sus exportaciones manufactureras, las concentró en la agricultura y la agroindustria, pero sin consideraciones ambientales.
El gobierno de Lula ya realiza políticas de transformación económica, establecidas en programas plurianuales, como un plan verde de agricultura, tecnología e infraestructura sustentable, reforestación y economía circular, comercio de emisiones, impuestos ecológicos, energías alternativas y programas de adaptación al cambio climático. El llamado Nuevo Programa para Acelerar el crecimiento (Novo PAC) contempla inversiones, públicas y público privadas para mejorar la conectividad y la inclusión digital, para ciudades sustentables, y en temas de educación, salud y agua. La idea ahora es que todos los ministerios compartan la misma visión, basada en misiones claras, con metas y objetivos concretos.
Las misiones, el centro de la teoría de política industrial de Mazzucato, hacen operativa la visión, que debe de ser transversal en el gobierno, para garantizar el rumbo de los esfuerzos en innovación e inversión, por medio de estrategias y metas realistas, medibles y claras. El Consejo Nacional de Desarrollo Industrial, por ejemplo, tiene como misiones 1) establecer cadenas sustentables y digitales en la agroindustria; 2) consolidar complejos industriales en el área médica, para reducir vulnerabilidades y expandir los servicios de salud; 3) asegurar vivienda, movilidad e infraestructura sustentable en la ciudades; 4) lograr la transformación digital de la industria; 5) lograr la des carbonización y la transición energética; 6) introducir tecnología en áreas de seguridad pública y nacional. Las metas a alcanzar son que el 50% de PIB agrícola sea agroindustrial, que el 70% de las parcelas familiares utilicen tecnología; que el país produzca el 70% de las medicinas y equipamiento médico; reducir el tiempo de transporte de una persona a su casa en 20%; que el 90% de las compañías tengan operaciones digitales, reducir en 50% las emisiones de CO2 de la industria; que el 50% de la tecnología de defensa y seguridad pública sea nacional, entre otras.
En México, una economía exportadora ligada a uno de los grandes polos regionales, buena parte de la estrategia de política industrial debería de estar enfocada en garantizar la infraestructura, el capital humano y los procesos de innovación necesarios para incrementar el contenido nacional, mejorar la logística y consolidar el rol del país en los procesos productivos de América del Norte, ésa debería ser la principal misión. Ahora, para dar solución a los grandes problemas nacionales, ambientales, de salud, del campo, la política industrial orientada a misiones es una alternativa. De nuevo, el Brasil del Lula es la gran apuesta de transformación económica, con la esperanza de que en esta ocasión se concrete.
X: @vidallerenas