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Finanzas Personales

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Asset allocation, distribución ?de activos

A quién no le ha pasado que nos hablan sobre la mejor manera de distribuir los activos en una inversión. Sí, es cuando usa el famoso término de asset allocation que consiste en la distribución de los activos.

A quién no le ha pasado que nos hablan sobre la mejor manera de distribuir los activos en una inversión. Sí, es cuando usa el famoso término de asset allocation que consiste en la distribución de los activos, es decir, no es más que contar con la estrategia que cada persona seguirá para repartir sus inversiones en las diferentes clases de activos disponibles en el mercado financiero y el riesgo que se esté dispuesto a asumir.

Para esto se debe de conocer, por un lado, el perfil del inversor y, por otro, la situación económica global.

Esta distribución dependerá de la estrategia y el riesgo que se esté dispuesto a llevar. Aunque suene sofisticado, conocer el concepto es sencillo y muy, útil ya que es el primer paso para poder darle valor a nuestro dinero.

Por ello, antes de diseñar un portafolio de inversión óptimo, se requiere desarrollar una estrategia que será equivalente a un mapa del tesoro que nos llevará en un tiempo determinado hasta el punto deseado.

Para ello, tener un plano y la guía perfecta nos orientará y ayudará a conformar el mejor portafolio para nuestras necesidades, esto se puede crear a través de la mezcla de activos financieros que nos ofrezcan el mejor equilibrio entre riesgo y rendimiento, estos dos conceptos están íntimamente relacionados y dependerán de las características de cada individuo.

Una ves trazada la estrategia, en la cual se debe considerar tanto el horizonte de inversión como nuestra tolerancia al riesgo, no hay más que dividir el capital entre los porcentajes de cada familia de productos financieros; es decir, comenzar a construir el esqueleto de la distribución del monto, lo que nos dará como resultado la mezcla adecuada conforme a la estrategia a seguir:

1. La primera parte será destinar el alimento necesario para llegar al punto donde se encuentra el tesoro, es decir, la reserva o dinero que debemos mantener para emergencias e imprevistos (ésta se invertirá en activos de muy corto plazo y que permitan una rápida disponibilidad).

2. La segunda parte del capital y de la cual podremos obtener un ingreso adicional en mayor o menor medida, pero con un rendimiento variable debido a los instrumentos de mediado o largo plazo, se asignará a instrumentos de deuda (por ejemplo: tasa fija, bonos, instrumentos revisables) que tengan un riesgo moderado.

3. Por último, designaremos cierto porcentaje a los activos de renta variable (acciones), esta inversión puede contribuir con un mayor retorno a nuestro portafolio, pero a su vez implica un mayor riesgo.

Las posibles combinaciones para armar el portafolio son prácticamente ilimitadas, por lo que para no rompernos la cabeza ya existen en el mercado fondos de inversión y fondos de fondos que replican los perfiles desde el más agresivo, 100% en acciones con un alto potencial de crecimiento y por lo general un alto nivel de riesgo, hasta el más conservado, 100% del capital en inversiones donde los más comunes son de corto plazo y deuda.

Por ello, para obtener la mejor elección debemos analizar cuál es la mejor estrategia y hacia dónde queremos ir; debemos conocer qué tipo de inversionista somos; qué es lo que esperamos y cuánto estamos dispuestos a arriesgar. Con estos puntos podemos conocer de qué forma distribuir nuestros recursos y con ello poder armar nuestra estrategia y llegar en un tiempo determinado a lo planteado.

La recomendación es analizar y establecer la estrategia a seguir y el riesgo que queremos tomar para una correcta distribución y obtener el mapa del tesoro deseado.

*La autora es Productos & Client Servicing /BBVA Bancomer Asset Management y Fiduciario

ci.rios@bbva.bancomer.com

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