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Alibio, naturalmente exitosa
Nació de una crisis y ahora enfrenta el 2009 con perspectivas de crecimiento. En el 2011 proyecta incursionar en Estados Unidos y latinoamérica.
Cuando Alfredo Suárez Rivero perdió en 1994 todas sus empresas enfocadas al sector de la construcción, encontró en plena turbulencia económica una oportunidad para reinventarse como empresario.
Y aunque no olvida las grandes lecciones que le dejaron los vaivenes económicos en ese momento, gracias a su fortaleza y espíritu emprendedor echó a andar uno de los proyectos que empezó como un sueño que después se hizo realidad: Alianza por la Biosfera (Alibio).
Ésta es una empresa dedicada a la elaboración de productos de biotecnología de fermentación aplicados a la agricultura, acuacultura y el tratamiento de aguas, cuya filosofía “es la de regresar al balance el suelo, agua y cuerpo”, expresa Suárez Rivero.
Con apenas seis años de vida, Alibio es una de las cinco empresas en México que cuentan con la certificación Global Reporting Initiative (GRI), figurando a nivel de empresas como Pemex, Cemex, Peñoles, British American Tobacco. Para Alibio este reconocimiento “fue un logro muy importante”. En el 2011 proyecta internacionalizarse.
Espíritu emprendedor
Hijo de un padre creativo, Alfredo Suárez considera que su espíritu emprendedor es completamente un talento heredado, que empezó a notarse desde la secundaria, cuando vendía tarjetas u organizaba rifas “para comprar un regalo a la novia”.
En 1994, luego de haberse dedicado 22 años a dirigir empresas constructoras y perderlo todo, pensó por primera vez en crear Alibio, una compañía que el año pasado vendió 54 millones de pesos y en el 2009, a pesar de la crisis, proyecta ingresos por 75 millones de pesos.
La clave del éxito de Alibio en tan poco tiempo es haber detectado “la oportunidad que nos ofrecía el campo en estos nichos de mercado y ver que esta tecnología apenas empezaba a aplicarse en cuestiones medio ambientales de producción primaria, y así seleccionar estos nichos y enfocarnos a ellos”.
Y aunque los primeros tres años la empresa no generó utilidades, ahora tiene pensado incursionar, para el 2011, en países como Honduras, Chile, Costa Rica y Estados Unidos.
En el 2008 logró colocar 42 toneladas de insumos y ocupó 40% del mercado acuícola en el sector de la camarinocultura.
Estrategia y enfoque
El actual éxito de Alibio se debe a que la empresa ha tenido claro el enfoque y las estrategias para crecer y colocarse dentro de los sectores que le ocupan.
En el rubro de la agricultura, la estrategia de Alibio se centró en seis cultivos con alto valor porque son de exportación, como tomate, aguacate, plátano, uva de mesa, bayas y café. “Y de esos seis cultivos queremos a los 20 principales productores para atenderlos de forma directa”, detalla.
Explica que México suministra 70% del tomate a Estados Unidos, pues tiene un alto valor la producción de hortalizas, el cual lo hace un mercado potencial.
Al igual que el café, rubro en el que se está trabajando con “la mejor comercializadora” de grano, puesto que distribuye 30% de esta semilla a nivel mundial.
Además, comenta el directivo, tiene contratos con los mayores productores de tomate en Sinaloa, quienes gracias a la biotecnología de Alibio, se ha incrementado 16% su producción y hasta 40% la calidad de sus productos.
Por ejemplo, “nosotros hacemos el yakult para las plantas y los camarones con el fin de que los tratamientos de agua biológicos puedan funcionar de una manera más eficiente, con esto logramos que los camarones crezcan más sanos controlando el medio en el que se desarrollan. Logramos un incremento en la producción y en la calidad. En el caso de la agricultura obtenemos lo mismo, pero en los cultivos”.
En el tratamiento de aguas, la compañía está enfocada en los nichos de desarrolladores de vivienda y el sector turístico, como son Homex, GEO, Crisa, ARA y Fonatur. Implementar estrategias y “la focalización en determinados nichos de mercado nos está generando reducción de costos”, explica.
Alibio atiende casi 300 clientes en la República Mexicana, pero la tendencia, dice Suárez, es enfocarse todavía más.
“La crisis de 1994 hizo un cambio en mi vida de empresario”, afirma Alfredo Suárez, pues llevar una estrategia con una metodología muy clara “es lo que ha hecho el cambio y lo que me ha llevado a tener éxito hasta este momento”.
Para Suárez “los emprendedores normalmente somos los soñadores de la empresa. Los que vamos, venimos, traemos nuevas ideas, por eso lo más difícil para el emprendedor es tener disciplina”; sin embargo, éste, a través del orden, la disciplina y la estrategia puede obtener el éxito.
egarcia@eleconomista.com.mx