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La guerra fría entre Ebrard y Mancera
Los colaboradores más cercanos al jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, y al exmandatario Marcelo Ebrard niegan que haya una fractura entre ambos, pero los detalles no ayudan: hace más de tres meses que no se reúnen en privado o públicamente para tocar temas de gobierno de la ciudad de México.
Los colaboradores más cercanos al jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, y al exmandatario Marcelo Ebrard niegan que haya una fractura entre ambos, pero los detalles no ayudan: hace más de tres meses que no se reúnen en privado o públicamente para tocar temas de gobierno de la ciudad de México.
El distanciamiento inició con el envío del paquete financieros 2013, en el que Mancera adoptó la postura de aumentar el impuesto Predial, el intento de gravar el alumbrado público, así como reducir el subsidio a la Tenencia.
La situación se agravó cuando desde la Asamblea Legislativa del DF (ALDF) modificó el Código Penal local, con el fin de liberar a los detenidos por elementos de seguridad del gobierno capitalino, por los disturbios del pasado 1 de diciembre, cuando Marcelo Ebrard aún gobernaba el DF.
La relación que adoptó Mancera con el presidente Enrique Peña Nieto, del PRI, abonó aún más al distanciamiento.
Marcelo Ebrard no reparó en hacerlo público y gran parte del PRD, al afirmar que la izquierda capitalina dejó de ser crítica al Ejecutivo federal. Sin embargo, Mancera no tardó en responder. Aseguró que su antecesor estaba haciendo política, mientras él hacía su trabajo. Además, que no entraría en polémica con Ebrard, ya que el Jefe de Gobierno era él.
El conflicto se ahondó cuando el gobierno capitalino desconoció a la rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Esther Orozco, a quien Ebrard cobijó.
Más aún, ayer, durante su discurso, Miguel Ángel Mancera presumió que en los primeros 100 días de su gobierno han atendido 22,000 demandas ciudadanas, que significa el triple de lo atendido en el periodo anterior .
Ante las comparaciones con la administración de Ebrard, Mancera ha dicho que no le pesa la imagen de ninguno de sus antecesores porque cada uno tiene su sello y él tiene marcada la ruta de izquierda.
Según el propio Mancera la última vez que sostuvo una conversación con Ebrard fue hace 15 días, durante un encuentro de izquierdas, donde dijo que sólo charlaron sobre la cónclave en el Vaticano. Sí hay contacto y comunicación , reiteró.
Hace tres semanas coincidieron en la boda de uno de los hijos del gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre.
Manuel Granados, presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF, cercano al Jefe de Gobierno, afirma que no existe conflicto entre Mancera y Marcelo; sin embargo, asevera que Ebrard teme al carisma y aceptación que la gente le tiene al exprocurador.
Lo ve como un fuerte rival político para el 2018 .
Mientras tanto, Mario Delgado, quien fuera el candidato de Ebrard para sucederlo en el GDF, descarta que ambos personajes tengan diferencias. Hay buena relación y hay quienes quieren amarrar navajas. Hay una relación institucional con el gobierno federal, de cooperación, y Mancera lo está aprovechando bien .
Para el integrante de Nueva Izquierda, Víctor Hugo Lobo, quien ha trabajado políticamente con ambos, cada uno tiene que mandar sus mensajes políticos e institucionales, ya que uno es el titular del Ejecutivo local, mientras el otro es quien tiene una ruta y definición política.
Cuando se dice quién manda y es el titular del Ejecutivo local es el doctor Mancera, quien tiene una ruta y definición política dentro de la izquierda progresista es Marcelo. Los dos tienen posiciones distintas de ver las cosas, pero en lo fundamental coinciden. Forman parte del mismo equipo .
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