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Opinión

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Inversión, comercio y crecimiento económico

En América del Norte, las inversiones y el comercio tienen el paraguas del TMEC, cuya esencia es no cobrar aranceles. Sin embargo, Trump está acudiendo a una combinación de decisiones distorsionantes: aranceles, migración, seguridad.

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Sergio Mota Marín

La inversión en activos físicos productivos es esencial para el crecimiento económico. Permite la creación de empleos, el consumo de la sociedad, el comercio con el exterior de bienes y servicios como efecto de la internacionalización de la economía. Requiere de la absorción tecnológica para producir más y mejor. 

En México, la inversión se ha mantenido a niveles bajos. Hace 50 años representaba el 21% del PIB nacional. Ese nivel siguió prevaleciendo por muchos años hasta que en 2024 alcanzó el 24% del PIB. De aquella época a la actualidad ocurrió un cambio en la estructura de su composición. Ahora el 90% es inversión privada y el 10% inversión pública.

El bajo nivel de inversión del país explica el escaso crecimiento económico. En las tres décadas pasadas ha sido de entre 2 y 2.5% como promedio anual.

En el sector empresarial hay ahora opiniones como la de Carlos Slim, que estima que si la inversión fuera del 30% del PIB, la economía mexicana podría crecer al 6% anual.

La experiencia internacional de países que tienen un alto crecimiento económico obedece a sus niveles crecientes de inversión pública y privada. Es el caso de China, que ha invertido en activos fijos el 42% de su PIB, o de la India, con el 50%, y Corea del Sur, con el 60%.

El gobierno de México ha reconocido la importancia de promover la inversión. Tiene un portafolio de probables inversiones de 277 mil millones de dólares en 2,000 proyectos. Destacan obras de infraestructura y energéticos.

Estos proyectos están en el contexto de la relocalización industrial que se está operando en el mundo y que consiste en la salida de China de las empresas transnacionales. Hay un potencial de 500,000 millones de dólares. De ellos, Estados Unidos ya absorbió 200,000 millones de dólares a través de su programa Select USA, y Vietnam, 80,000 millones de dólares.

En América del Norte, las inversiones y el comercio tienen el paraguas del T-MEC, cuya esencia es no cobrar aranceles. Sin embargo, Trump está acudiendo a una combinación de decisiones distorsionantes: aranceles, migración, seguridad.

Ante la decisión inicial de aplicar aranceles a las exportaciones de México y Canadá, un grupo de 47 legisladores norteamericanos planteó revertirla. La presidenta de México logró la suspensión temporal de esos aranceles y realizar un trabajo conjunto para resolver problemas.

Ante el peligro de que se inicie una guerra comercial, la Comisión Europea advirtió: “Los aranceles generan trastornos económicos innecesarios y provocan inflación. Son perjudiciales para todas las partes”. El presidente de Francia también declaró: “Si nos atacan en términos comerciales, Europa, como potencia, tendrá que defenderse”.

Para México, sus exportaciones representan el 40% de su PIB y, en un 85%, tienen como destino a Estados Unidos.

Durante el primer gobierno de Trump, amenazó con aplicar aranceles a México y fue la negociación del “Quédate en México” lo que detuvo las intenciones proteccionistas. Trump acude a formas que exudan desmesura, son unilaterales y antidiplomáticas.

Escritor y licenciado en economía, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. De 1984 a 1990 fue embajador de México ante el Reino de Dinamarca, donde se le condecoró con la orden Dannebrog.

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