México ya no es una democracia (ni defectuosa)

No descubro el hilo negro al decir que el lío con España es un distractor, una cortina de humo para atraer la vista hacia otro lado. Creo que en España ya toman a López Obrador como un clown, un mal imitador de Cantinflas. El problema es que es el presidente de un país y su propuesta de “pausar” la relación hasta el fin de su sexenio es una provocación, al igual que su condicionamiento para que el gobierno de aquella nación “pida disculpas a los mexicanos” por los abusos y saqueos pasados y recientes. La respuesta de España pidiendo aclaraciones le dará más municiones al presidente.

Sin embargo, de alguna manera resulta lógica la posición del mandatario. Puestas en una balanza la relación con España y la mansión de bienestar de Houston, este último tema pesa más. Para el presidente es una prioridad que deje de ser noticia nacional e internacional porque pega, una vez más, en la frágil línea de flotación de la credibilidad, del discurso de la austeridad y la honradez. Ya no basta repetir ad nauseam el “no somos iguales”. 

Pero la táctica distractora no está disminuyendo los problemas, los está aumentando. Tan solo en esta semana se le han acumulado al gobierno y a los morenistas varios problemas, entre los que destaca la reforma eléctrica que cuenta con la oposición de PAN, PRD y PRI y ahora también con una clara objeción del gobierno de Biden, quien ha enviado a dos pesos completos, la secretaria Granholm y John Kerry, para señalar que es mejor que el gobierno mexicano tome otro camino. La alternativa es dejar que los legisladores limen la iniciativa hasta hacerla tragable y fingir que se logró la meta o bien llevarla adelante tal y como lo mandó, pase lo que pase. 

Otro asunto del que López Obrador no se ha podido desembarazar es el de su relación con los periodistas. Por un lado, descalifica a los medios y comunicadores y, por otro, dice que lamenta cada asesinato cometido contra ellos, lo que resulta poco creíble. El sistema de protección a periodistas es una farsa lamentable y sangrienta. El más reciente asesinato, ocurrido el 10 de febrero, fue el de Heber López, director del medio digital Noticias Web, en Salina Cruz. Un comando se introdujo en su oficina y lo ultimó. Cada voz que perdemos nos acerca al abismo del autoritarismo. Es el quinto del año y para estos comunicadores no habrá el pase de lista de Epigmenio, solo las frasecitas vacías de AMLO asegurando que habrá justicia. 

Un asunto que está explotando en cámara lenta es el de Julio Scherer, exconsejero jurídico de la presidencia, investigado por la Fiscalía General de la República por encubrir actos de corrupción multimillonarios al amparo de la posición que detentaba. En este punto, se le podría preguntar al mandatario lo que una vez reclamó a Felipe Calderón sobre la complicidad con el crimen organizado que sostenía su secretario de seguridad García Luna: ¿acaso no sabía lo que hacía Scherer?

La cereza en el pastel de esta semana es, sin duda, el informe sobre el estado de la democracia en el mundo en 2021, publicado por la revista The Economist. México ha dejado de ser considerado un país con una democracia defectuosa para ser considerado como de un sistema híbrido, es decir, con fuertes rasgos autoritarios. El documento subraya el retroceso de la democracia en el mundo y la decepción que hay alrededor de ella. La causa fundamental de este fenómeno reside en los efectos de la pandemia y la limitación que muchos gobiernos impusieron a la circulación de personas, la imposición de vacunas y pruebas, así como el cierre de negocios. Las protestas alrededor del mundo contra esas medidas se dieron en 86 países. Pero en México no existieron esas restricciones. El retroceso democrático en nuestro país se encuentra en la concentración de poder del presidente López, en la evidente intromisión del crimen organizado en las elecciones del año pasado y en la poca reacción ciudadana, entre las principales causas. 

Estos son los temas nuevos que esta semana se le han complicado a López Obrador, quien no retrocede en su estrategia. Pero también están los que ya venían desde antes: una pandemia que es decretada en retroceso cada martes en el “pulso de la salud” y que, sin embargo, está creciendo en contagios y muertes en la realidad; una economía con tendencia a la baja y el fracaso de los operativos de “reforzamiento” de la seguridad en estados morenistas como Michoacán, Zacatecas, Baja California y Veracruz, entre otros. 

En este mar de problemas que necesitan ser escondidos bajo la alfombra, irritar a los españoles es lo de menos.