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La reforma energética? en sus contextos
En México se vive el agotamiento del ciclo expansivo de la producción petrolera iniciado en 1995. La producción ha bajado y debe reducirse el ritmo de deterioro.
Recién aprobada por el Congreso, tiene un significado importante en el contexto de una estrategia nacional para obtener seguridad energética y se conecta con la internacionalización de las inversiones en energía, que conducen a la competitividad de las empresas por el desarrollo tecnológico, la organización productiva y la comercialización.
Todas las empresas energéticas atienden al mercado interno y a fracciones del mercado internacional.
En nuestro país, se ha vivido el agotamiento del ciclo expansivo de la producción petrolera iniciado en 1995. La producción ha bajado y es necesario reducir el ritmo evidente de deterioro.
Otro hecho importante es que han disminuido de manera notable las reservas probadas. Se ha extraído más de 70% de las reservas originales y se estima que la disponibilidad de ellas es de sólo 10 años, bastante inferior a la de las grandes empresas petroleras y países exportadores. También hay muy pocas posibilidades de que se produzca un nuevo ciclo de descubrimientos como ocurrió en los 70 y a principios de los 80. En el mundo está produciéndose un fenómeno similar: los nuevos yacimientos no reponen el petróleo extraído.
Lo que es muy grave es que nuestro país se haya convertido en importador de productos petrolíferos y gas natural, explicable por la inversión insuficiente en el sistema nacional de refinación. Se importa 45% de la gasolina vendida en el mercado nacional y 27% del consumo de gas LP. Las importaciones de gas natural equivalen a 40% de las ventas internas de este combustible.
Ésta es una dependencia delicada por la seguridad del suministro, además de los altos precios alcanzados. Se agrava por el hecho de que Estados Unidos es un importador creciente de combustibles, que exporta a su vez a México.
Estados Unidos tiene un déficit estructural tanto en gas natural como en productos petrolíferos, lo que significa vulnerabilidad de precios y suministro de nuestro crudo pesado para satisfacer parcialmente la política de seguridad energética del gobierno estadounidense. Canadá, México y Venezuela son los principales suministradores hacia EU de los crudos pesados y amargos. La disminución de la exportación mexicana está siendo sustituida por otros países de la región.
El panorama es muy complejo porque si no se aumenta la inversión en actividades exploratorias para elevar el nivel de las reservas, tendrá que disminuirse la exportación que representa 50% de la producción nacional.
Para México, como para cualquier país productor de petróleo, la seguridad energética debe ser la prioridad para satisfacer el consumo interno.
Se percibe el fin de la era de la energía abundante, eficaz y barata. También hay muchas aberraciones como su consecuencia, por ejemplo, dedicar en Estados Unidos, en Brasil y en otros países, terrenos agrícolas para producir combustibles.
Al abrirse la actividad energética a la inversión nacional e internacional habrán mayores recursos que permitirán la expansión necesaria y a tono con los avances de empresas similares que ofrecen una rica experiencia. Es previsible que la apertura sea ordenada, auditable y regulada con políticas preventivas y de gestión del riesgo.
emota_41@hotmail.com