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Opinión

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El oro negro sigue imparable

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Mientras la OPEP+ reduce producción, Estados Unidos está en un récord absoluto de 13.2 millones de barriles. Foto: Reuters.

Seguro varios de ustedes recordaran cuando la OPEP+ decidió incrementar su producción e inundar el mercado de petróleo barato a fin de hacerle incosteable a los Estados Unidos la producción de esquisto

Sin duda, diversos factores han impulsado de manera impresionante los precios del petróleo en los mercados internacionales, donde en las últimas seis semanas, el West Texas Intermediate (WTI) y el Brent del Mar del Norte acumulan ganancias del 18.2 y 15.4% respectivamente, para ubicarse al cierre del viernes en el mercado de futuros el WTI a plazo de septiembre en niveles de 81.87 dólares/barril, mientras que el Brent del Mar del Norte a octubre alcanzó niveles de 85.45 dólares/barril.

Y es que entre las noticias relevantes de la semana que apoyaron el impulso de los precios del oro negro se encuentra el anuncio que hiciera Arabia Saudita sobre extender el recorte voluntario de producción que establecieran hace ya varios meses de 1 millón de barriles diarios hasta el próximo mes de septiembre, dejando abierta la posibilidad para extender aún más el plazo, mientras que Rusia hizo lo propio al informar que en su caso también mantendrá el recorte de 300 mil barriles diarios.

A lo anterior habría que sumar el ataque aéreo realizado la semana pasada con aviones no tripulados ucranianos a la base naval rusa de Novorossiysk, la cual se encuentra en un puerto del cual sale aproximadamente el 2% del suministro total de petróleo a nivel global, lo que sin duda generó nerviosismo en los mercados.

Sin embargo, y a pesar de que no cabe la menor duda de que la guerra entre Ucrania y Rusia ha sido responsable en gran medida de la fuerte volatilidad en el precio de los energéticos los últimos dos años, y me refiero no solo al petróleo, sino también a productos como el gas natural y en consecuencia a sus derivados como las gasolinas y los fertilizantes, entre otros, hay una guerra paralela que se viene peleando desde hace varios años y en la cual se encuentran por un lado,  Estados Unidos, que se dio a la tarea de buscar la autosuficiencia energética con la producción de esquisto, y por el otro, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la cual incluye a los principales países productores  de petróleo a nivel mundial, y a la cual se suman países como Rusia, que sobra decir lo tirante de su relación con Estados Unidos, para conformar la OPEP+, los cuales mueven el precio del energético incrementando o disminuyendo su producción según la estrategia que definen les es más conveniente.

Seguro varios de ustedes recordaran cuando la OPEP+ decidió incrementar su producción e inundar el mercado de petróleo barato a fin de hacerle incosteable a los Estados Unidos la producción de esquisto. Al principio, esto generó que muchas refinerías de los Estados Unidos se vieran obligadas a cerrar; sin embargo, las que sobrevivieron buscaron la manera de hacerse más eficientes y producir a menores costos, logrando salir adelante una vez que los precios repuntaron.

Durante la pandemia, la fuerte desaceleración económica generó preocupaciones a la baja por la reducción en la demanda, pero al terminarse la misma, las disrupciones en las cadenas productivas y el repunte de las economías generaron fuertes alzas en los precios del petróleo, que sin duda tuvieron su contribución a las presiones inflacionarias que se han dejado sentir en la economía global desde entonces.

Asimismo y ante las sanciones económicas y comerciales que le han impuesto a Rusia por la invasión a Ucrania, Rusia ha reaccionado racionando el suministro de gas natural a Europa Occidental y de petróleo al mundo, al sumarse a los recortes que ha venido haciendo la OPEP, es decir, ha utilizado su capacidad de producción energética como una estrategia dentro de la batalla que libra con Ucrania y los miembros de la OTAN.

En una economía global en la que aún no se puede cantar victoria con respecto a las presiones inflacionarias y donde el precio del petróleo juega un papel fundamental, no hay que perder de vista la estrategia que seguirá la OPEP+ porque todo lo anterior nos demuestra que la guerra no solo se está librando en territorio Ucraniano, se está llevando acabo también en el terreno de lo económico.

aga@gamaa.com.mx

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