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El descuido de Economía con el tema de la fibra óptica

Hace dos semanas escribí en este espacio sobre el decreto de la Secretaría de Economía publicado el 22 de abril pasado, por el que estableció o incrementó los aranceles a productos incluidos en 544 fracciones arancelarias, y que entre todos esos, resultó que se impuso un arancel de 35 por ciento a las importaciones de cable de fibra óptica provenientes de países con los que México no tiene acuerdos comerciales, señaladamente China.
En esos días, pude confirmar que la Secretaría de Economía no se tomó la molestia de consultar al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) sobre la medida que tenía planeado adoptar, pero tampoco consultó a las cámaras empresariales, específicamente la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), que de acuerdo con el párrafo cuarto del artículo 4 de la Ley de Cámaras Empresariales y sus Confederaciones, debió haber sido consultada por la dependencia federal sobre su ocurrente idea de incrementar los aranceles para un insumo esencial para el despliegue de redes públicas de telecomunicaciones, pues en esa disposición se establece que las cámaras “son órganos de consulta y colaboración del Estado. El gobierno deberá consultarlas en todos aquellos asuntos vinculados con las actividades que representan”.
Tal parece que lo que lo único en lo que pensó la Secretaría de Economía es en estar en la misma frecuencia que el gobierno de los Estados Unidos para incrementar los aranceles para la importación de insumos o materia prima para la fabricación de autos chinos en México, entre ellos los autos eléctricos. En este contexto, es sabido que el gobierno del presidente Biden está por anunciar nuevas medidas arancelarias para la importación de autos chinos al mercado de Estados Unidos (EUA), que hoy pagan un arancel de 27.5 por ciento. Con el anuncio de las nuevas medidas, se estima que el arancel que pagarían las armadoras chinas por importar desde China autos a EUA será fijado en 100 por ciento, con el propósito de defender a las armadoras de autos estadounidenses del embate de los autos chinos baratos.
En esa tesitura, parecería que la Secretaría de Economía, buscaba ponerse en la misma frecuencia que el gobierno de EUA, es decir, dejarle claro a nuestro socio comercial que está en el mismo ánimo de encarecer la fabricación de autos chinos en la zona de Norteamérica.
En el caso de la fibra óptica, estamos frente a un insumo cuya utilización en la fabricación de automóviles crece de manera sostenida, particularmente en el segmento de autos eléctricos. Así que es altamente probable que la Secretaría de Economía solo pensó en el tema del papel de la fibra óptica en la industria automotriz, olvidándose del papel central que tiene para que una nación pueda contar con la mejor infraestructura de conectividad posible. Habrá que estar atentos para ver cómo corrige esa dependencia la zancadilla que le acomodó al desarrollo del sector telecomunicaciones de México y las aspiraciones para transitar a una sociedad mucho mejor conectada, tanto en cobertura como en velocidades de la banda ancha.
En otros temas...
Prácticamente se terminó el sexenio, y el gobierno del presidente López Obrador no tiene nada que presumir en materia educativa. Sabemos que se redujo el número de estudiantes inscritos en los distintos niveles escolares. También, que empeoró el desempeño del sistema educativo, medido a través de las pruebas PISA que lleva a cabo la OCDE, pruebas en las que México salió más mal librado del período de pandemia que los demás países. Presupuestalmente, el gobierno no tiene nada que presumir, pues el gasto ejercido en la función de educación, que incluye diversos rubros además del presupuesto de la SEP, de representar el 16.2% del gasto ejercido en el último año del presidente Peña Nieto, se redujo a 14.3% del gasto ejercido en 2023, por ejemplo. A ello hay que agregar el desmantelamiento de la capacidad institucional. Así que no es sorpresa que al igual que en el rubro de salud, en materia educativa es cada vez más evidente el fracaso de la administración saliente.
*El autor es economista.
@GerardoFloresR