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Opinión

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Debilidades económicas ?y políticas

América Latina sufre, además de una situación económica precaria, una debilidad de la confianza en sus partidos políticos y líderes, que erosiona parte de las bases en que se sustenta la democracia.

Para este año, el Banco Mundial reconoce que América Latina esta bordeando la recesión. Los tres países más importantes tendrán en su PIB el siguiente desempeño: Brasil (-1.3%), México (2.6%) y Argentina (1.1 por ciento). Como determinantes económicos de ello, los siguientes factores: 1) débil confianza de los inversores, 2) abaratamiento internacional de las materias primas, 3) la moderación del crecimiento de China, y 4) la contracción de la economía norteamericana, aun cuando se estime que sea transitoria

Independientemente de estos factores, hay otros igualmente importantes sobre condiciones internas tanto políticas como sociales.

En Brasil, el desprestigio del liderazgo del gobierno de Dilma Rousseff ha hecho que la población se sienta muy decepcionada. Ella acumula un rechazo de los brasileños de 65% según el diario Folha de São Paulo. La reciente detención de los presidentes de las dos mayores empresas constructoras con operaciones multimillonarias, entre otras con Petrobras, es un aviso de más turbulencias. Al detener a Marcelo Odebrecht, el hombre de negocios más emblemático de los gobiernos de Lula y de Rousseff, que tiene operaciones en 23 países y más de 180,000 empleados, su padre Emilio dijo: Al lado de la celda de mi hijo tendrán que construir tres más. Para mí, para Dilma y para Lula . El efecto de estos acontecimientos es la afectación de la inversión, la estabilidad y la credibilidad social.

En México, las recientes elecciones dejaron a los partidos opositores en la desolación total, pagando por su desprestigio la menor votación a su favor. Están inmersos en problemas internos y en la carencia de una propuesta creíble o simplemente en una propuesta. No encaran los problemas esenciales del país, lo que los deslegitima como instrumentos de la representación política.

En Argentina, la presidenta se dedica básicamente a la sucesión presidencial, nombrando como sucesor a Daniel Scioli para las elecciones de octubre de este año, de quien no se fía totalmente. Mientras tanto, la economía vive en un naufragio con más gasto público para financiar populismo en favor del candidato peronista. Ello afecta los equilibrios macroeconómicos y la deuda pública.

La lección que ofrece la precariedad económica y los problemas políticos es que para el mediano plazo se necesita mejorar la calidad institucional. A corto plazo, resolver las burbujas especulativas y elevar la discusión política para que los problemas fundamentales sean abordados para su solución. Esto significa una calidad democrática que ahora pasa por malos momentos. La democracia formal a través de las elecciones no es suficiente.

El modelo para el crecimiento económico y el empleo es muy simple, pero difícil en su realización, porque significan acuerdos políticos y económicos. Las empresas son las que crean empleo y el Estado tiene que distribuir y atender los servicios sociales. También destacan decisiones como las siguientes: 1) estabilidad presupuestaria asociada a principios de gastar bien, antes que gastar mucho, 2) inversión en políticas sociales, particularmente en educación y salud, así como programas focalizados contra la pobreza, 3) mercado de trabajo que no penalice a los más desfavorecidos, 4) recuperar la credibilidad de la conducción económica del Estado, 5) modernizar la planta productiva para que se sustente en tecnología útil y más valor agregado.

Lo anterior significa realizar reformas graduales bien articuladas para que no sean fuente de desestabilización.

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