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Opinión

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Caro Quintero, la parodia

Al momento de aprehender a Rafael Caro Quintero, en Costa Rica, la madrugada del 4 de abril de 1985, lo encontraron en la cama con una mujer: Sara Cosío Vidaurri. Existen dos versiones sobre las reacciones de la pareja en el momento en que un comando antiterrorista y los agentes de la DEA irrumpieron en su alcoba. Según la revista Proceso, ambos estaban nerviosos. Caro Quintero nunca dijo una palabra, aunque mostró asombro . Fue Sara quien más habló, Yo no estoy secuestrada... yo estoy enamorada de Caro Quintero , dijo en su declaración a la policía.

Otro relato revela que aquella madrugada en la recámara de la pareja, ella le dice a un agente de la DEA: Estoy secuestrada . Él le pregunta, señalando al detenido: ¿Quién es, querida? Ella, con voz débil, responde: Rafael Caro Quintero . El aludido reacciona: Puta .

La segunda narración la transcribí del ensayo Fuegos de nota roja , publicado en Nexos de agosto de 1992, capítulo San Narcos tiene la fama de la autoría del admirado difunto Carlos Monsiváis.

José Natera

Días después de la detención del narcotraficante, corrió el rumor de que éste declaró que si lo dejaban trabajar , él se comprometía a pagar la deuda externa del país. El mismo Caro Quintero se encargó de desmentir la habladuría. Así lo registró Jesús Lemus, el periodista injustamente encarcelado, en su libro Los Malditos -crónica negra desde Puente Grande-, en la página 332 se lee lo siguiente:

Oiga, Don Rafa, ¿es cierto que usted ofreció una vez pagar la deuda externa de México? -me atreví a preguntarle en una ocasión.

No, yo nunca dije que pagaría la deuda externa, eso es fama que me hicieron -fue la respuesta del que fue denominado narco de narcos.

El que contribuyó a producir esa fama fue el comediante José Natera, quien con su ingenio y talento aprovechó el parecido físico evidente entre él y el personaje, que a raíz de su fuga, captura y encarcelamiento se hizo popular, para presentar una parodia titulada: Las declaraciones de Caro Quintero, un éxito taquillero donde quiera que se presentaba. En una de ésas presentaciones alguien grabó la rutina cómica y la reprodujo en casetes piratas que se vendieron con profusión en todo el país, sin darle jamás crédito a su autor-actor. Inclusive -me explica el comediante- la parodia, grabada clandestinamente, se llegó a reproducir en algunas estaciones de radio del norte de México y sur de los Estados Unidos, atribuyendo el contenido al propio Caro Quintero.

De ahí surgió la leyenda urbana.

Ayer me puse en contacto con el comediante nacido en Reynosa, Tamaulipas, tapatío por adopción y americanista de corazón, mi amigo desde hace muchos años. Me platicó el origen del rumor y me actúo una parte de la parodia que con mucho gusto comparto con los lectores:

En la escena, el mismísimo Rafael, con uniforme caqui del Reclusorio norte declaraba a sus interrogadores: A mí se me detuvo por órdenes del gobierno y por presiones del gobierno de los Estados Unidos, que son los que realmente mandan en este país. Lo hicieron con el único fin de desviar la atención de la opinión pública para que el pueblo no piense y no repare en los crímenes y robos que han cometido el Negro Durazo y toda la bola de ojetes; lo hacen también para que el pueblo no se de cuenta de que tenemos un grave desempleo, que tenemos una gran crisis económica que no vamos a resolver, sino al contrario, nos estamos hundiendo cada día más en ella; que tenemos en los puestos públicos a una serie de políticos ineptos, impreparados, advenedizos, recomendados, gente que se la pasa haciendo pendejada tras pendejada. Es injusto que el pueblo tenga que estar pagando las pendejadas que cometen esos hijos de su pinche madre. Yo soy una persona que le vendo mi mariguana a los gringos, yo no soy pendejo porque los gringos me la pagan con dólares, los dólares generan divisas y con esas divisas podríamos pagar la deuda externa, pero el gobierno mojigato no quiere que la deuda se pague con mariguana, que  porque qué van a pensar de nosotros en el extranjero. Yo digo: claro, como los que están en el gobierno no ganan el salario mínimo, viven en casas ostentosas, tienen dinero para soportar esta crisis y mil crisis más juntas, se ponen dignos y mojigatos para que la deuda externa no se pague con mariguana. Pero para un pueblo desesperado, endeudado, jodido y muerto de hambre, le vale madre que la deuda se pague con mota, con coca, con thinner, con cemento o con una chingada, porque para un desesperado cualquier hoyo es salvavidas; ¡qué no mamen! Así que propongo que sólo los caminos se queden sin sembrar, que se ponga en práctica la tarjeta Motamatic para pagar la mariguana con cargo a una cuenta de cheques y les digo a todos los padres de México: Si quieren ver a sus hijos crecer fuertes y sanos pónganlos mariguanos .

Ya no te voy a decir nada más de la rutina -me dice Natera-, en parte porque ya no me acuerdo y en parte porque no quiero que Vicente Fox se chingue mis frases para promover su mariguana ahora que la legalicen.

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