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Boris nunca aterrizó en la realidad

Las sonrisas también sirven para maquillar la realidad.
Reino Unido lleva seis años paralizado, pero sus gobernantes han sonreído para hacer creer a la población que viven en plena normalidad.
Son cuatro primeros ministros en seis años: David Cameron, Theresa May, Boris Johnson y Liz Truss. Todos del Partido Conservador. Los dos primeros renunciaron al ser víctimas del Brexit, y por mentir y corromper en el caso de Boris.
Fue a David Cameron a quien le estalla en las manos la granda del Brexit. Él fue quien convocó el referéndum en 2016 buscando complacer a miembros de su partido a cambio de su apoyo. Llegó May y se negó a aceptar que, sin el Brexit, Reino Unido tendría mejor salud económica; llegó Johnson y tampoco lo hizo. Ahora es Liz Truss la que tendría que colocar una pista de aterrizaje a la realidad para los brexiteros. No lo hará.
La economía del Reino Unido es un 5.5% menor de lo que hubiera sido si el país no hubiera tomado la ruta del Brexit (Centre for European Reform). Es decir, el costo asciende a los 31,000 millones de libras. Esto no lo dicen Cameron, May, Johnson y Truss. No lo dirán.
Y no lo harán porque el tema del Brexit se ha convertido en un argumento político/electoral. Ejemplo de ello fue la arrolladora victoria del Partido Conservador (Boris Johnson) sobre los laboristas (Jeremy Corbyn) en las elecciones de 2019. Más libertad, más soberanía, más riqueza: componentes de un mismo vector llamado Brexit; bandera de Boris.
La pandemia y la guerra en Ucrania sirvieron para esconder la incompetencia de Boris Johnson para gobernar. Cínico como pocos, se lanzó a los brazos de la defensa de Ucrania para encubrir la crisis que destaparon sus fiestas-Covid, pero también para disipar sus huellas de corrupción, entregando contratos a sus amigos o pidiendo favores a empresarios.
Boris Johnson no aceptó la crisis que destapó la entrada en vigor del Brexit, 1 de enero de 2021: filas enormes de camiones y autos en gasolinerías por la salida del país de choferes no británicos. Tampoco mencionó la ausencia de productos básicos en anaqueles de supermercados. Mucho menos aceptó que el dinero que su país destinaba a Bruselas no sería canalizado al sector de salud.
Una frase responsable de Liz Truss al asumir el Gobierno hubiera sido la siguiente: Británicos, tenemos que hablar: la realidad es que el Brexit ha dañado seriamente nuestra economía.
Truss fue complaciente con Johnson el lunes: “Culminaste el Brexit, aplastaste a Jeremy Corbyn, desplegaste la campaña de vacunas con éxito y plantaste cara a Putin”. Sí, pero no dijo la verdad sobre el Brexit.
Tampoco no dijo nada sobre si va a seguir los pasos de Johnson en el intento de violar el Protocolo de Irlanda del Norte. Apartado estratégico para mantener la paz en la región.
La posverdad también es el Brexit.
@faustopretelin

