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Reporte del USDA: es bajista
Como cada mes, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) emitió el pasado martes su reporte sobre oferta y demanda al mes de febrero, para quitarle a los alcistas, quizá, el último resquicio de esperanzas sobre una subida en el mercado.
En maíz, a nivel mundial, la oferta se incrementó en 1.10 millones de toneladas, para ubicarla en niveles de 1,176.26 millones, mientras que al consumo, le incrementó 1.23 millones, para quedar en 967.45 millones de toneladas, para quedar en 208.81 millones de toneladas, apenas 130,000 toneladas por debajo del mes anterior, pero 2.63 millones de toneladas más que en el ciclo 2014-15, que se considera uno de los más grandes de la historia.
A nivel Estados Unidos, prácticamente no le movió nada por el lado de la oferta, apenas un incremento de 250,000 toneladas en el rubro de importaciones, para quedar la oferta total en 390.72 millones de toneladas, mientras que por el lado del consumo, vimos mayor demanda de maíz para la producción de etanol (640,000 toneladas) y una reducción, de nueva cuenta, en las expectativas de exportaciones por la fortaleza del dólar, por 1.27 millones de toneladas. Así, el consumo total se ubicó en 344.06 millones, con una disminución de 640,000 toneladas, para quedar los inventarios finales en 46.66 millones de toneladas, por encima de los 45.70 que esperaba el mercado y por encima en 15.37 millones de toneladas con respecto a los inventarios de apenas hace dos ciclos.
A lo anterior habría que sumarle que la producción de maíz en Argentina se espera en 27 millones de toneladas, contra las 25.30 que esperaba el mercado y las 26.50 del año anterior, mientras que Brasil espera cosechar 84 millones de toneladas versus los 81.50 que se estimaban para este año.
Y aquí es donde se complican las cosas, por que, como les hemos comentado en diversas ocasiones, tanto el maíz argentino como el brasileño se han convertido en una opción muy atractiva en términos de precio para los grandes consumidores asiáticos, como consecuencia de las devaluaciones que han sufrido sus monedas frente al dólar.
Por lo pronto, el maíz que cotiza a julio del 2016 en Chicago ha caído 21.45% o 39.66 dólares/tonelada desde el pasado mes de julio a la fecha, que en pesos representan 749.97 pesos/tonelada.
En el trigo a nivel mundial, el promedio del mercado estimaba inventarios finales de 231.30 millones de toneladas, pero el USDA los emitió en 238.87 millones, mientras que el año pasado se ubicaron en 212.80. Lo anterior se debió a que el USDA le incrementó a la oferta 2.10 millones de toneladas con respecto al mes anterior, mientras que el consumo lo disminuyó en 4.73 millones.
En Estados Unidos, el USDA ubicó los inventarios finales en 26.29 millones de toneladas, apenas 680,000 toneladas más que el mes anterior, pero por encima de los 25.72 millones que esperaba el mercado y muy por encima de los 16.06 millones de toneladas con los que terminamos en el ciclo 2013-14.
Con lo anterior, el trigo acumula ya una pérdida de 25.23%, en el contrato a julio de este año, equivalente a 58.06 dólares/tonelada.
Para el caso de la soya a nivel mundial, el USDA ubicó los inventarios finales en 80.42 millones de toneladas versus 79 millones que esperaba el mercado y los 56.22 millones del ciclo 2012-13. Para Estados Unidos, se estimaron inventarios finales de 12.25 millones de toneladas contra 12.17 esperados y 2.50 que había en el ciclo 2013-14. A lo anterior se suma la producción de Brasil, que se espera en 100 millones de toneladas versus las 96.20 del ciclo anterior y la de Argentina, que se ubica en 58.50 millones de toneladas contra las 56.90 que esperaba el mercado.
En la soya, la caída de precios en el contrato a julio del 2016, desde julio del año pasado, ha sido de 13.34%, o 49.88 dólares/tonelada.
El próximo mes estará cargado de información, ya que aparte del reporte del USDA, se suman el de intenciones de siembra del nuevo ciclo y el de inventarios trimestrales al primero de marzo. Adicionalmente, habrá que ver cómo evolucionan las economías de Asia: China y Japón, la política monetaria en Estados Unidos, la situación económica en Europa y Latinoamérica, y cómo se comportan las divisas como el dólar, el yuan, el euro y el peso.
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