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El Papa acepta renuncia de líder católico de Gran Bretaña
Londres. El Papa Benedicto XVI aceptó ayer la renuncia inmediata del clérigo de más alto rango en Gran Bretaña, luego de la dimisión del cardenal Keith OBrien, dos días después de que surgieran acusaciones públicas de que él había incurrido en un comportamiento inapropiado con los sacerdotes.
Londres. El Papa Benedicto XVI aceptó ayer la renuncia inmediata del clérigo de más alto rango en Gran Bretaña, luego de la dimisión del cardenal Keith OBrien, dos días después de que surgieran acusaciones públicas de que él había incurrido en un comportamiento inapropiado con los sacerdotes.
El último escándalo que envuelve a la Iglesia involucra a uno de sus más estridentes conservadores y clérigo influyente, y se produce a sólo semanas antes del cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI, quien inesperadamente anunció su retiro el 11 de febrero.
El diario británico The Observer informó el sábado que una de las presuntas víctimas de OBrien aseguró que el Cardenal había iniciado una relación con él en la década de 1980, hecho que dio lugar a la necesidad de una extensa terapia. Otro de los hombres -según el periódico- indicó que OBrien había incurrido en contacto inapropiado durante las oraciones nocturnas.
OBrien, de 74 años, tenía previsto retirarse el próximo mes y presentó al Papa una carta de renuncia en noviembre. Él ha negado las acusaciones en su contra y se hizo de un abogado. Pero Benedicto XVI, después de haber sido informado de las denuncias del domingo, decidió acelerar la salida de OBrien.
En un comunicado, OBrien anunció que no asistiría al cónclave para elegir a un nuevo Papa, como había sido programado.
Poco después, en una conferencia de prensa en el Vaticano, funcionarios de la Iglesia insistieron en que OBrien decidió por su cuenta no participar en el cónclave. Esto representó un cambio notable desde el 2005, cuando el Vaticano contó con la asistencia del cardenal Bernard Law, arzobispo de Boston caído en desgracia por abuso sexual, para asistir al cónclave en el que Benedicto XVI fue electo.
El cambio podría interpretarse como evidencia de que los días de la Iglesia en los que cerraba filas con los prelados manchados con denuncias de irregularidades en casos de abuso sexual han terminado o, al menos, se han modificado.