El liderazgo femenino necesita de autenticidad, no adoptar roles masculinos

Destacar en el mundo empresarial, conseguir un ascenso y llegar a puestos de Alta Dirección, no requiere de imitar los comportamientos y hábitos que los hombres, coinciden mujeres lideres. 

Muchas veces, cuando las mujeres asumen puestos directivos llegan a caer en el síndrome del impostor, es decir muestran inseguridades, por la presión de cometer errores o dudan de sus capacidades, y para destacar o ser tomadas en cuenta pueden llegar a adoptar hábitos o comportamientos masculinos.

Sin embargo, el que una mujer sobresalga como liderar no requiere adoptar comportamientos que socialmente están relacionados con los hombres, sino que necesitan impulsar la autenticidad y autoconfianza.

Cuando las mujeres llegan a ciertas posiciones en algunos sectores que son más típicamente de hombres, se vuelven rudas, quieren cambiar su personalidad para que, a lo mejor, las tomen más en serio y no es así. Confía en tus propias cualidades, porque por algo te llevaron a dónde estás”, comentó Lucero Álvarez, directora editorial de la revista Acciones, de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

En tanto, un factor que influye en el desarrollo profesional de las mujeres es encontrar empresas y redes de apoyo que compartan la esencia y los valores personales, relató Nalleli Barajas, subdirectora de sostenibilidad del Grupo BMV, a través del webinar Innovación y liderazgo: Mujeres Mexicanas que Inspiran, realizado por el Consejo de la Comunicación.

El liderazgo va más allá de ocupar un cargo

Cuando se sube de puesto, el compromiso con las personas a gestionar se vuelve más alto y por ello, el compromiso de las mujeres que tienen estos cargos necesita ser inspirador y que fomente la presencia de otras mujeres para estos roles, aconsejó Arleth Leal, socia fundadora de el Colegio de Innovación en Recursos Humanos (CORH).

“La mejor forma en la que nosotros podríamos impulsar el liderazgo de las mujeres es primero nosotras ser el ejemplo y ser congruentes, consistencia y eso que queremos ver en los demás, transmitirlo”, declaró Nalleli Barajas.

De igual manera, importa crear redes de apoyo, con la finalidad de establecer mejores prácticas, compartir experiencias y brindar ayuda a otras integrantes.

Esto da como resultado un liderazgo auténtico, en el que no se requiere cambiar la personalidad, sino ser una persona con la mentalidad abierta, receptiva y seguir mejorando, sin dejar a un lado la congruencia.

“Los hombres también son nuestros grande aliados y en muchas empresas se están sumando en brindar esta confianza en las mujeres e impulsarlas para que aprovechen el poder de decidir, pero primero debemos empezar el impulso entre nosotras mismas”, recomendó Lucero Álvarez.

El compromiso de las organizaciones

Arleth Leal comentó que en México el 50% de la fuerza laboral son mujeres, mientras que los cargos CEO, la ocupación es del 5%, de acuerdo con un estudio de Deloitte. 

A causa de esto, las especialistas hicieron un llamado a las organizaciones para reforzar los programas de mentoría, capacitación, negociación y considerar los programas de inclusión, igualdad y diversidad.

“Hay mucho que trabajar todavía, porque si hablamos de brecha salarial, aún es muy grande y dicen que necesitamos cinco generaciones para igualarlo”, puntualizó Arleth Leal.

Asimismo, las mujeres empresarias o que ocupan puestos altos, pueden ejercer su liderazgo creando planes de acción y trazar rutas para cerrar brechas, considerar quienes son los aliados, qué programas se pueden implementar y analizar la plantilla laboral para detectar oportunidades.

“Hacer mentorías y capacitaciones para empoderar a las mujeres y puedan levantar la mano, pero también para que los líderes quiten los sesgos inconscientes que lamentablemente siguen existiendo en las empresas. Por ejemplo, si ya sabes que a nivel directivo te faltan mujeres, pero ves muchas subdirectoras, ¿qué estás haciendo para trazar planes de sucesión contundentes?”, argumentó Nalleli Barajas.