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Goldman Sachs espera conocer represalias arancelarias de México para ajustar su pronóstico
Los expertos del banco global estimaron desde la semana pasada, tras conocerse el dato del PIB del último trimestre de 2024, que la economía mexicana conseguiría un avance de 0.2% este año “por simple arrastre estadístico”.

Foto: Archivo EE
El equipo económico de Goldman Sachs está a la espera de conocer la reacción arancelaria que puede tener el gobierno mexicano contra Estados Unidos para ajustar sus pronósticos macroeconómicos.
Los expertos del banco global estimaban desde la semana pasada, tras conocerse el dato del PIB del último trimestre de 2024, que la economía mexicana conseguiría un avance de 0.2% este año “por simple arrastre estadístico”.
Esta es una de las previsiones más bajas de crecimiento que tiene el mercado, de acuerdo con información recabada por Citi y FocusEconomics, que tienen como media de crecimiento 1% y 1.2 por ciento respectivamente y antes de los aranceles.
En un análisis, emitido a las 13 horas del domingo 2 de febrero, el economista para América Latina de GS, Alberto Ramos, explicó que su base de previsiones ya incluye el impacto de la incertidumbre de la política comercial.
“Esperamos hasta tener más claridad sobre el alcance de las medidas de represalia mexicanas y la eventual actualización de los pronósticos macroeconómicos y el alcance la reacción del mercado, es decir de la cotización del peso las condiciones financieras en particular para recalibrar nuestros pronósticos macroeconómicos”.
Antes de conocer el dato del PIB al cuarto trimestre, donde se presentó la primera contracción trimestral desde 2021, Goldman Sachs estimaba un crecimiento de 0.9% para este año.
Antes de los aranceles, el equipo de expertos de GS esperaba que el gasto de los hogares continuaría beneficiándose de flujos de crédito aún firme y de un sólido crecimiento salarial por los generosos aumentos del salario mínimo.
Sin embargo anticipaban desde antes de la imposición de aranceles, que “la inversión pública en obras se moderará dada la necesidad de consolidación fiscal y que la inversión privada se verá afectada por la incertidumbre interna y externa, en particular con respecto a la política comercial estadounidense (aranceles y el resultado de la revisión del T-MEC)”.
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Depreciación cambiaria a favor
En el análisis divulgado este domingo, explicaron que el hecho de que el peso mexicano se haya depreciado 17% durante los últimos 12 meses “reduce la pérdida de competitividad externa”.
El investigador emérito de Brookings, Robin Brooks tiene una hipótesis similar basándose en la experiencia de China, que en 2018 dejó su moneda depreciarse.
“Al dejar que su moneda se depreciara como compensación total a los aranceles estadounidenses, protegió a los exportadores y redujo el riesgo de que se intensificara la guerra comercial”.
En 2018, Estados Unidos impuso un arancel del 25% a la mitad de todas las importaciones procedentes de China, lo que supuso un impacto arancelario promedio de 12.5 por ciento, explicó Brooks.
El yuan cayó en esa proporción, lo que protegió a los exportadores chinos y mantuvo baja la inflación de los precios de importación de Estados Unidos. “Eso es lo que deberían hacer ahora México y Canadá. Dejar que su moneda caiga” recomendó Brooks.
Es aquí donde resulta más relevante la decisión del Banco de México en la tasa, programada para el próximo 6 de febrero.