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De hombres lobo, robots y otros monstruos
El libro de Roger Bartra es un enriquecedor ensayo que gira en torno al mito del salvaje en una sociedad que se piensa civilizada.
En un mundo dominado por la ciencia, con inteligencia artificial y robots a la vuelta de la esquina, el mito del salvaje en el cine y en la cultura de masas, continúa vigente a pesar de todo. Esto es lo que podemos ver en el libro Los salvajes en el cine (FCE, 2018) del sociólogo Roger Bartra, con curaduría de Gerardo Villadelángel.
En un texto ágil, profundo y revelador, Bartra se pregunta ¿por qué el antiguo mito continúa expresándose en la sociedad actual? ¿Qué es lo que revela a cerca de nosotros? A lo largo del libro, Bartra irá explorando éstas y otras preguntas a través de revisar ocho tipos de salvajes, que componen los ocho capítulos del libro: “Monstruos y salvajes reales”, “La invención del salvaje prehistórico”, “Superhéroes bestiales”, “Ciborgs salvajes”, “Estados primigenios”, “Licantropía”, “El salvaje noble” y “Planetas agrestes”.
En dichos episodios, Bartra repasa ejemplos reales del mito que fueron llevados a la pantalla grande, como la historia de Julia Pastrana, una mexicana con hipertricosis, que viajó por diversas partes del mundo de la mano de un empresario y también esposo, que la exhibía como una mujer simio, pasando por la figura de Tarzán, Frankenstein, hombres lobo, Chewbacca, Wolverine y cintas como La guerra del Fuego de Jean Jaques Annaud, 2001: Odisea del espacio de Stanley Kubrick, Terminator y Avatar de James Cameron, hasta Game of Thrones.
Para Bartra, el mito del salvaje se cristalizó en la antigua cultura grecorromana: “El salvaje mítico es un ser híbrido que suele combinar particularidades humanas y no humana (generalmente animales)”. Y es de ahí el punto de partida para la revisión de diversas películas que nos revelan a estos seres con una gran capacidad para ejercer la violencia a veces destructora y otras tantas capaz de proteger a nuestra sociedad.
Si bien el mito del salvaje puede usarse para proyectar situaciones reales relacionadas con el racismo y la clase social en contraste con la hegemonía de una sociedad determinada, el autor cree que se trata más bien de una otredad interior que revela nuestras contradicciones.
Si bien una manifestación del mito del salvaje está relacionada con “ese lado menos evolucionado” que poseemos como un remanente primitivo que nos ata al pasado, en el cine encontramos manifestaciones de una especie de salvaje que lejos de ser alguien primitivo, es una especie de súper hombre superior y evolucionado como lo es el caso del superhéroe de Marvel, Wolverine (interpretado en las cintas por Hugh Jackman). “¿Qué sentido tiene la civilización si necesita que unos salvajes la defiendan?”, se pregunta Bartra.
El mito del salvaje se extrapola a un personaje producto de la ciencia, que podría tener componentes humanos y cibernéticos como Robocop, o sólo retazos de otros humanos como Frankenstein o bien, nada de ser humano como Hal 9000, la computadora de 2001: Odisea del espacio: “Así, de una extraña manera, se desplaza a las máquinas la responsabilidad moral de las atrocidades que vemos todos los días”, comenta Bartra.
Los salvajes en el cine es una lectura ideal para todo cinéfilo: amable, refrescante y enriquecedora, nos guiará por las delicias del cine en donde un simio capaz de hablar, un hombre lobo o un robot son más de lo que parece, y a veces, no son tan peligrosos como podemos serlo los seres humanos.
