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Opinión

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¿Aranceles de regalo en el Año Nuevo chino?

@campossuarez

Kung Hei Fat Choi. Mañana inicia el año de la serpiente en el calendario chino y en su horóscopo implica la oportunidad de crecimiento y de renovación. 

En el mundo práctico, son días de baja actividad económica por ser uno de los feriados más importantes de China y de los países en los que tiene influencia.

Y en el mundo de Donald Trump, China implica una incógnita respecto a la relación que pretende tener con esa otra súper potencia mundial.

El Presidente republicano regresó a La Casa Blanca con la promesa de utilizar un bulldozer para frenar lo que llama el abuso comercial del mundo sobre su país y en la mira había tres enemigos favoritos, sus dos socios norteamericanos y China.

Han pasado los días, y siempre a reserva de saber de qué humor despierta, pero hasta ahora se ha lanzado fuerte contra uno, ha solapado a otro y ha ignorado a uno más.

Suena incomprensible el trato que le ha dispensado a Canadá, México recibe mano dura en migración y seguridad, pero en el Foro Económico de Davos bajó el tono de la amenaza comercial a nuestro país. Y hacia China hay un discurso más prudente.

No se ha retractado de la amenaza inicial de aplicar aranceles adicionales de 10% a las importaciones chinas, pero también sus referencias a la relación bilateral han sonado más relajadas.

Donald Trump dice que fue el presidente chino, Xi Jinping, quien levantó el teléfono para tener comunicación con él, esa es la soberbia esperada del personaje, pero más allá de hacerse el interesante, ha habido calma tras esa llamada.

La reacción del régimen chino, que no suelen ser suavecitos, fue decir que fue una comunicación “excesivamente cálida” que podría derivar en una relación de socios y amigos, de prosperidad compartida y con beneficios para ambos y para el mundo.

Mientras que Trump, de la mano de su creencia de ser el centro del universo, insiste en la justicia comercial, pero dice que a él le cae muy bien el presidente Xi y que tienen una muy buena relación. Por ahora, suficiente.

Podríamos pensar que México ya tiene muchos problemas de los cuales preocuparse durante este segundo mandato de Donald Trump como para angustiarse por la relación Estados Unidos–China, pero está claro que ese es el eje de la estabilidad mundial contemporánea.

Es muy difícil creer que Trump no cumplirá su amenaza de imponer aranceles a las importaciones tan pronto como este próximo sábado, porque más allá de ser una promesa de campaña, claramente busca un cambio en su política económica y fiscal.

Lo que sigue es saber quiénes y cuánto para determinar el alcance de los daños globales, porque esto afecta, por supuesto, a los tres principales socios comerciales de Estados Unidos, México, Canadá y China, pero una guerra comercial tiene impacto mundial.

La primera fecha fatal es el 1 de febrero, ese día prometió Trump lanzar su primera batería de aranceles, habrá que ver.

Para los chinos es semana de Año Nuevo y de vacaciones, ya veremos la próxima semana si el año de la serpiente trae la buena suerte que marca aquel horóscopo oriental o bien una mordida envenenada.

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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