Turismo rural

El turismo rural es una de las actividades que se están volviendo muy populares en nuestro país, donde el turismo interactúa con una comunidad rural, conociendo sus expresiones sociales, culturales y productivas, tales como tradiciones, folklor, ferias, fiestas, gastronomía y artesanías, lo cual permite mejorar el nivel de vida de las familias rurales.

Éste surge en Europa como una estrategia complementaria al desarrollo rural después de la Segunda Guerra Mundial, aunque originalmente ya existían experiencias de este tipo a comienzos del siglo XX, pero asumió forma de política de desarrollo en las décadas de los 70 y 80.

En Francia el turismo rural favorece múltiples actividades entre las cuales se encuentra ayudar a las pequeñas haciendas agrícolas generándoles un ingreso complementario.

En Austria, las disposiciones legales para el agroturismo fijan un máximo de lugares para pernoctar por hacienda y utilizan personal perteneciente a la misma para otorgar este servicio.

En Alemania se habla de vacaciones en haciendas agrícolas y es una alternativa para las familias ante las dificultades en la agricultura.

El turismo rural en México

En el caso mexicano, esta actividad inició desde mediados de los setentas que es cuando se construyeron los primeros hoteles ejidales, además se generaron fideicomisos para integrar tierras ejidales y comunales al turismo, donde los ejidatarios tenían un papel importante en la toma de decisiones y manejo de estos complejos turísticos.

La promoción del turismo rural en México actualmente se da en dos vertientes: la primera es a través de la inversión del gobierno federal en programas de desarrollo turístico y la segunda se encuentra en el turismo rural, que se basa en relanzar inmuebles ubicados en el sector rural como las exhaciendas.

El turismo rural se puede desarrollar con base en la diversidad biológica, variedad de ecosistemas, flora y fauna endémica, así como en la cultura de grupos étnicos autóctonos.

México cuenta con áreas naturales protegidas declaradas y grupos étnicos, en donde es factible desarrollar el ecoturismo, turismo de aventura, etnoturismo, turismo rural, cinegético, náutico y deportivo, apegados a programas de manejo y conservación.

*Laura Ojeda es analista de la Dirección de Agronegocios en FIRA. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

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