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SNA: problema de todos, responsabilidad de nadie
El tambaleante e incompleto Sistema Nacional Anticorrupción (SNA)se ha convertido en una estructura compleja y lenta para la toma de decisiones, pese a que cuenta con más de un año de vida poco ha aportado al combate de la corrupción. / Dicha reflexión es el punto de partida del libro, El sistema nacional anticorrupción: responsabilidad de nadie, que se presentó el pasado 2 de agosto en el auditorio de El Economista.
La obra fue comentada por David Colmenares Páramo, auditor superior de la Federación; Paula García Villegas Sánchez Cordero, magistrada de circuito en el Poder Judicial federal, y Luis Miguel González, director editorial de El Economista. También asistieron: Eber Betanzos, de la Secretaría de la Función Pública, y Mónica de los Ángeles Valencia Díaz, presidente del Tribunal de Justicia Administrativa de Quintana Roo.
El libro expone los problemas de diseño institucional del recién creado Sistema Nacional Anticorrupción. hasta ahora nadie ha tomado la batuta orquestadora dentro de la comisión plural, denominada Comité Coordinador, siete personas con responsabilidades diferentes, coordinadas por un ciudadano, no parecen la mejor receta para tomar las acciones que nuestro país demanda de manera urgente en la materia.
Señala con datos duros que por muchos años la política pública anticorrupción fue un cascarón vacío que sólo sirvió para adornar los planes de gobierno, nuevos y viejos programas anticorrupción sucumbieron ante la práctica muy mexicana de no respetar la ley.
El estudio parte de las vertientes culturales, genéticas, históricas, religiosas de la corrupción que conforman el gen corruptor del mexicano y sus predisposiciones culturales a la ilegalidad, la transa y el trámite fácil. Señala los alcances y limitaciones de la reforma constitucional anticorrupción como solución a los problemas administrativos, jurídicos que se presentaron en nuestro país en los últimos 30 años.
Desde luego que el paquete constitucional y sus leyes reglamentarias también tienen aciertos; el primero es que resuelve el problema de la integración de los entes públicos en una instancia, marca mecanismos de coordinación (insuficientes a la fecha), comparte sistemas de información en los tres órdenes de gobierno y hace obligatoria la 3de3.
Quizá el acierto más importante es que el tema de la corrupción fue puesto en la agenda social y de gobierno; ciudadanos, entes públicos y privados están pendientes de cómo Andrés Manuel López Obrador articulará su plan de gobierno para erradicar la corrupción, tal y como lo prometió en su campaña. hasta la próxima, querido lector.