Lectura 3:00 min
¿Qué hacer si te desvías de tu plan?
Ser humano significa cometer errores y en ocasiones desviarnos de nuestro camino, a veces sin darnos cuenta. Somos seres con emociones que a veces tenemos que enfrentar situaciones difíciles o que exigen todo nuestro enfoque.
Está bien de repente permitirnos pequeños descuidos, como por ejemplo dejar de hacer ejercicio un día porque tenemos una junta importante que debemos preparar. Lo malo es cuando eso se vuelve costumbre y vamos postergando retomar los buenos hábitos a los que estábamos acostumbrados. Volver atrás es muy complicado.
Eso pasa también con nuestras finanzas personales. A veces las personas dejan de registrar sus gastos porque tuvieron un día difícil. Cuando se dan cuenta, han perdido el control de su dinero. Empezar de nuevo no es fácil y requiere motivación. ¿Qué tenemos que hacer? A continuación algunos consejos:
1. Ver más allá de nuestras narices. La motivación que tenemos que encontrar está en reconocer los beneficios que ya no tenemos. No podemos cambiar un hábito sólo por obligación: debemos convencernos a nosotros mismos de que eso que estamos haciendo nos acercará más a las cosas que son importantes para nosotros.
2. Empezar hoy. No mañana, no el lunes, porque esto es engañarnos y es la receta más fácil para irlo postergando. “Empiezo la próxima semana” o “Este mes no pude, pero el próximo sí lo haré”. Si tomamos una decisión, cualquiera que esta sea: cuidar nuestra alimentación, empezar a hacer ejercicio, tomar más agua, empecemos hoy. No mañana, no la siguiente semana. Hoy.
3. Ponerlo por escrito. Es importante escribir por escrito lo que queremos hacer, y si podemos, ponerlo en nuestro calendario como una cita, o en nuestra lista de pendientes para el día.
4. Revisar nuestra lista de objetivos pendientes al empezar y también al terminar el día. La razón es muy sencilla: al principio del día, revisar la lista nos ayuda a enfocarnos en lo que tenemos que hacer y a mentalizarnos de manera correcta. Pero también en el ocaso del día, podremos reflexionar e corregir lo que no terminamos o no hicimos.
Por ejemplo: si no hicimos ejercicio en la mañana, eso nos da la oportunidad de hacerlo al terminar el día. O bien, si nos excedimos en nuestra alimentación, podemos por lo menos cuidar lo que vamos a cenar. Si omitimos registrar alguno de los gastos del día, podemos corregirlo en ese momento.
5. Lograr establecer un nuevo hábito. Dicen los expertos que para cambiar un hábito se requiere hacer una misma actividad por 21 días consecutivos. Nuestro reto es hacerlo, no importa cuánto nos tardemos. Por ello es importante dar un seguimiento y registrar en nuestro calendario (o incluso hay aplicaciones para ello) una palomita cada día que logramos nuestra meta. Una vez que tengamos 21 palomitas consecutivas, podremos pensar que ya lo hemos logrado. Pero no bajemos la guardia. Simplemente sigamos adelante.
6. Tolerar la frustración. Como mencioné antes, es muy fácil equivocarnos o darnos cuenta de que en un momento dado no hicimos lo que teníamos que hacer. No le demos demasiada importancia al asunto porque esto a veces nos hace tirar todo por la ventana. Sigamos mañana que será otro día. Pero hagámoslo.