Lectura 4:00 min
Poderes mundiales, la referencia
La crisis internacional y las dificultades de los principales países que ejercen el liderazgo global ofrecen una referencia importante para el resto de los países debido a la interdependencia, producto de la globalización que vivimos.
Estados Unidos, independientemente de la administración del corto plazo económico, caracterizado por la probabilidad de subir las tasas de interés a un punto base por año para no calentar la economía ni enfriarla, enfrenta tres grandes problemas, mismos que serán objeto del debate nacional entre los partidos políticos. Ellos son la inmigración, la sanidad y el cambio climático.
A la inmigración se oponen los republicanos. Ello a pesar, por ejemplo, de que la mano de obra mexicana usada sólo en California crea una producción equivalente a 70,000 millones de dólares. También se oponen los republicanos a que continúe la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible, que protege a más de 15 millones de personas.
En contaminación, EU es el principal emisor global. Y son evidentes las manifestaciones de daño ecológico. Lo que es incuestionable es que postergar las decisiones acelera la catástrofe. El presidente Obama ha hecho importantes propuestas legales que van en la dirección correcta, pero se oponen a ellas los conservadores y republicanos extremistas, que sólo ven el corto plazo de sus ganancias.
Lo que contrasta con la radicalización de la derecha estadounidense es la debilidad de los sindicatos y la indiferencia de la población que sólo sabe resignarse.
La Unión Europea, ahora con un crecimiento económico muy bajo, se debate sobre el protagonismo de Alemania, que conduce a plantearse la disyuntiva de una Alemania europea o de una Europa alemana. Ella está marcando el paso de una austeridad a ultranza bajo el principio leninista de que la confianza está bien, pero el control es mejor . Ello propicia el surgimiento de populismos peligrosos. Ante esta tendencia, Francia acaba de plantear una serie de propuestas entre las que destacan la realización de una unión económica a la par de una unión monetaria, un salario mínimo similar para toda Europa, un impuesto armonizado para las sociedades, un fondo monetario europeo y un gobierno económico común.
China vive un proceso de reformas a la par de sus problemas económicos que derivan entre otras causas en que la economía mundial se ha retraído. Entre sus reformas anunciadas sobresalen las siguientes: 1) la campaña contra la corrupción por medio de una normativa disciplinaria; 2) la cohesión ideológica frente a la dicotomía de un sistema político descentralizado y el liberalismo manchesteriano en la economía; 3) democracia consultiva frente a la democracia multipartidista de Occidente; 4) la transformación del Partido Comunista en una organización de servicio, y 5) el liderazgo que sucumbe inevitablemente al nefasto culto a la personalidad. Mientras ocurren estas ilusiones, China da coletazos económicos a todo el mundo.
Estas referencias sitúan a América Latina en un contexto vulnerable, lo que significa hacer transformaciones para neutralizar tendencias negativas.
La época de la exportación de materias primas a precios altos se terminó. Ello le quita relevancia a América Latina.
Ante la democracia de baja calidad que tenemos, se requiere de innovaciones en las instituciones políticas y económicas sobre la base de la eficacia.
La calidad de los servicios públicos es pésima. Se necesita revertir esta condición, elevar la calidad de la salud, la educación y la seguridad. Sin ellas es difícil lograr el crecimiento económico y social.
Las relaciones entre capital y trabajo son fundamentales en un contexto equilibrado, para evitar la inseguridad laboral y la precariedad.