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Los límites de Clara
Tengo el gusto de conocer a Clara Marina Brugada desde el año 2000. Fuimos diputados de distintos partidos en la segunda legislatura de la Cámara de Representantes del entonces DF, bajo el gobierno del polémico Andrés Manuel López Obrador, ya desde entonces. Clara era firme en sus posiciones y era buena en el debate y la discusión, pero era tolerante y siempre estaba dispuesta al dialogo y a encontrar caminos para resolver entuertos, sobre todo legislativos.
Me llamaba la atención su natural inteligencia y su convicción con las buenas causas y podía ser crítica con las posiciones de su bancada y de su jefe de gobierno. Hasta dónde se sabe su gestión en Iztapalapa, fue razonablemente buena con claro obscuros, pero con logros como las “Utopías” y atención al mundo cultural, deportivo y el fomento a los usos y costumbres de la demarcación, se ganó a una buena parte de la población, a nadie le cabe duda.
En algunas encuestas aparece Clara Marina triunfadora, por encima de Taboada y en otras al revés, lo que significa hasta este momento que la elección será cerrada y que la participación y la movilización electoral jugaran un papel fundamental en el triunfo de uno y otro.
Sin embargo, si hiciéramos la hipótesis de que Clara va perdiendo la elección de la CDMX valdia la pena preguntarse porqué. ¿Que parece estar jugando en contra de Clara y se vio en el debate de este domingo entre Salomón Chertorivski, Santiago Taboada y Clara Marina Brugada?
En primer lugar, el tiempo en que ha gobernado el mismo grupo en el poder, que ahora tiene la presidencia y la CDMX. Primero con las siglas del PRD y después con Morena, ese grupo ha gobernado la ciudad durante 27 años. No puede culpar al anterior de sus desgracias, ni culpar de la caída del metro al neoliberalismo y del agua a la infraestructura heredada. Lo malo que existe, es culpa del mismo partido y hasta de las mismas personas que impulsan a Clara.
Es cierto que Clara no conecta con las clases medias, pero en buena medida, me parece que se debe al chaleco de fuerza que le han impuesto para presentarse como continuidad de AMLO hasta Claudia Sheinbaum, lo que le resta puntos en una buena parte de la sociedad capitalina. En nada abona a su causa, tener que hablar bien del presidente o de su candidata presidencial si en la CDMX tienen, ya, serias dudas de su honorabilidad, de su eficacia y de su habilidad para lidear con la realidad nacional. A Clara le han puesto límites o se los ha autoimpuesto, que no le permiten parecer atractiva y una solución real a la CDMX.
Por su parte, Santiago Taboada, se ve más fresco y libre. Con opciones y con aplomo, dispuesto al debate, a la contrastación y a enfrentar todos los obuses que le mandan. Su conexión con las clases medias es mucho más natural y ha hecho una campaña de tierra que lo está conectando con sectores con los que naturalmente él no estaría identificado.
Salomón Chertorivski, es sin duda un candidato con emoción, inteligencia y propuestas atractivas, pero en la CDMX, el elector es mucho más práctico y me parece que no está dispuesto a regalarle un voto a alguien que va a perder.
Lo que le está pasando a Clara, puede pasarle a Claudia y ya hay signos de ello. Su continuidad obsecuente, descolorida e insípida es su peor enemigo. Por complacer al jefe, puede que se queden sin nada, la megalomanía y la soberbia juegan siempre en contra de quien la ejerce. Nada más, pero nada menos, también.