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Opinión

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Elecciones transparentes: oportunidad de oro

Atraigamos las buenas vibras y concentrémonos en elegir al presidente que sepa ser líder, que esté bien orientado y tenga la forma de rodearse de un equipo honesto, con preparación, que se convierta en muchos brazos derechos e izquierdos y, sobre todo, que mantenga y se mantenga en el equilibrio político así como en el económico y el anímico.

Parece difícil, pero no imposible, que un equipo sea homogéneo, integrado, coordinado entre sí, armonizado en tareas, políticas públicas e intereses. Los mexicanos tenemos en el 2018 uno de los retos electorales más importantes del siglo; como ciudadana participante ya en nueve elecciones presidenciales puedo asumir algunas experiencias y considerar la compleja y aparatosa elección que se avecina.

¿Quién se atrevería a considerarla tarea fácil? La limpieza y transparencia de los comicios no dependen del INE o de una sola persona o institución. Es obligación de todos: partidos políticos, candidatos, asesores, encuestadores, publicistas, organizaciones de la sociedad civil, electores, funcionarios y servidores públicos.

Es nuestra tarea como ciudadanos y también lo es del Inai y sus servidores públicos, entre los que, por supuesto, también me cuento. Estoy consciente de que de cada uno de nosotros dependerá dar certeza y permitir retomar el camino de la democracia y la sensatez, de la continuidad de las políticas públicas exitosas, de la corrección de las no exitosas, de la eliminación de los grandes problemas del país y, por supuesto, de la lucha contra la corrupción, la violencia y la impunidad. Instrumentos legales tenemos, sólo hay que aplicarlos.

Es claro que la estructura principal se concentra en instituciones como los ya mencionados INE e Inai, además de otras como Fepade, TEPJF y los correspondientes órganos locales. Pero si cada uno de nosotros cumplimos y además nos convertimos en voceros de la ley, en vigilantes de su cumplimiento, en promotores del voto libre, razonado y sin coacción, dirían los millennials: ¡Ya la hicimos!

Las generaciones mayores debemos dar el ejemplo de que sí se puede; es nuestra responsabilidad evitar que mañana nos reclamen la apatía, la indolencia, la soberbia y sobre todo la falta de transparencia y honestidad. Reprobemos campañas sucias, impidamos los baños de sangre que ya se empiezan a dar en el país y pregonemos la combinación de la ética y la política.

La transparencia en estas elecciones es tema prioritario: la ciudadanía tiene derecho a la rendición de cuentas en las campañas, en las encuestas, en el registro de candidatos, en los informes de los propios partidos, agrupaciones, alianzas y frentes políticos, en los tiempos de transmisiones en radio y televisión y sobre todo en los montos de financiamiento y los topes de gastos de campaña. Los ciudadanos pueden solicitar informes directamente a los jugadores electorales y la inconformidad con sus respuestas puede corregirse con recursos ante el Inai. ¡Actuemos con responsabilidad!

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