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El partido de Dante
Parecería que el triunfo de la oposición depende de que el partido de Dante se sume y forma parte de un frente común para enfrentar a Morena.
Dante se está dejando querer y por ahora ha dejado claro que va a ir solo en las elecciones de 2024 y tendrá su propio candidato a la presidencia.
Dante ha sabido darle una identidad ciudadana a su partido, aunque sea sólo en el nombre y ha sabido distanciarse de los partidos de oposición, aunque siempre ha jugado de lado de ellos.
En las últimas tres elecciones jugó en dos ocasiones apoyando a López Obrador y en la última, en alianza con el PAN y el PRD, apoyando la candidatura de Ricardo Anaya.
No puede, por lo tanto, Dante rechazar una alianza con el PAN, PRI y PRD por ser partidos vendidos y negativos para México, cuando siempre ha sido un partido aliancista.
No hay que negar que Dante está jugando bien sus cartas y un partido que no alcanza 6% de la votación nacional ha logrado dos gubernaturas de gran importancia, no por la fuerza de su partido, sino por la selección acertada y oportuna de candidatos.
Para Dante la ideología no es importante y es capaz de hacer alianza y meter de candidatos a quien sea que tenga posibilidad de ganar. Su interés único es ganar y lograr que su partido siga ganando espacios políticos y económicos.
Yo no creo que Dante vaya a decidir en estos momentos cuál va a ser su estrategia en las elecciones de 2024, va a decidir a última hora en función de lo que más le convenga a su partido. Critica a López Obrador, pero si va solo en el Estado de México o en el 2024, la realidad es que le está haciendo el juego al presidente y a Morena.
Pienso que si Dante ve que la alianza de la oposición tiene posibilidades de ganar va a formar parte de ella y negociará espacios para su partido en el gabinete y en el Congreso, por el contrario, si ve que la oposición no tiene posibilidades de ganar, seguramente irá solo para hacer crecer políticamente a su partido. La decisión de Dante va a depender de un cálculo electoral sin importarle qué es lo que necesita y le conviene al país.
Dante va a tratar de vender cara su participación en la alianza opositora, tratará de impulsar primero a un candidato propio y si este pega, buscará que esté en la decisión final de la candidatura presidencial de la oposición o vaya solo según su decisión.
Sabe que si no llega con una carta fuerte, sus posibilidades de negociar son pocas, ya que su aportación de votos y fuerza electoral es mucho menor que la del PAN y PRI.
Los partidos de oposición deben, por el momento, olvidarse de Dante e iniciar de inmediato una estrategia para fortalecer a sus candidatos y candidatas, recorriendo el país, promoviendo debates y propuestas que vayan más allá de la crítica permanente al presidente López Obrador.
Es urgente que los candidatos de oposición empiecen abiertamente a hacer campaña en todo el país como lo están haciendo los candidatos de Morena.