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¿Porque suben las tasas?
En los mercados financieros se ha traducido en una clara inquietud con respecto a las tasas de interés, un escenario de recuperación a la larga no justifica niveles mínimos de tasa como los hemos visto hasta hace poco.
Un conjunto de factores ha generado un mejor escenario de crecimiento para el segundo semestre del 2013. Entre ellos: la desaparición del temor de un evento de riesgo sistémico, principalmente en Europa; la intensificación de las políticas monetarias expansivas, el discurso menos agresivo hacia las medidas de austeridad por parte de autoridades europeas, el menor temor con respecto a los efectos de recortes fiscales y la recuperación en sectores clave como el residencial de Estados Unidos.
En los mercados financieros lo anterior se ha traducido en una clara inquietud con respecto a las tasas de interés. Un escenario de recuperación a la larga no justifica niveles mínimos de tasa como los hemos visto hasta hace poco.
Este temor se reforzó la semana pasada en la intervención del Presidente de la Fed, Ben Bernanke, en el Congreso estadounidense.
Ahí, Bernanke declaró que la Fed podría reducir el monto de recompra de bonos (eslabón más visible de la política de relajación) en los próximos meses.
La mención adicional en las minutas de la reunión previa, sobre la inquietud de algunos gobernadores del organismo en el sentido de retirar tal estímulo, detonó en los mercados un balanceo de posiciones consistente en ventas de bonos de muy largo plazo. En todos lados, no sólo en Estados Unidos, se ha observado un repunte de las tasas de interés de plazos largos.
Si en el primer cuatrimestre del año vimos que tanto las bolsas como los bonos aumentaban de valor gracias a la política más intensiva de estímulo monetario (a la cual se unieron Japón y la comunidad europea entre otros); para el segundo semestre no parece que vaya a haber tal coincidencia (bolsas a la alza y tasas a la baja).
De hecho, es posible que exista una convivencia temporal de tasas mayores y de bolsas que aún continúen a la alza. Ello, claro, depende de la velocidad de recuperación y de la velocidad del alza de las tasas.
También nos parece claro que la velocidad de alza de las tasas de largo plazo no puede ser semejante a la que hemos visto en los últimos 10 días. De ser así, el mismo programa de la Fed estaría en entredicho. Las autoridades han dejado ver la intención de reducir el monto del estímulo, no de permitir una estructura de tasas que atente contra la recuperación.
¿Hasta dónde llegarían las tasas? Probablemente a niveles no muy lejanos a 2.5 por ciento. Probablemente habrá volatilidad y difícilmente veremos los mínimos de abril, pero no podemos pensar aún en tasas reales positivas, mientras no se abandonen los efectos de la crisis estructural de deuda reflejados en un crecimiento anémico y un alto desempleo.
La convivencia de tasas a la alza y bolsas crecientes no es nueva, la vimos presente entre el 2003 y el 2007. El alza de las tasas por sí sola no fue un factor desestabilizante hasta que no generó problemas en el flujo de financiamiento; no pensamos que los niveles sean suficientemente altos como para que eso pase en el resto del año.
En cuanto a México, sucede más o menos lo mismo, hay una expectativa de crecimiento mayor y prevalece la expectativa de reformas. Con ello no deberíamos ver a las tasas de largo plazo elevarse mucho más. Tanto en este segmento como en el tipo de cambio siguen presentes muchos argumentos favorables, máxime si el gobierno es capaz de cumplir con las reformas que todo mundo espera.?
*Rodolfo Campuzano Meza es Director de Estrategia y Gestión de Portafolios de Invex Banco. Su cuenta de twitter es: @rod_campuzano