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Cuestionados, desprestigiados, van por la gloria

El sábado se disputa la final de la Champions League, y alguno de los dos estrategas lo ganará, aunque hace meses se dudaba de su calidad.

Hasta hace unas semanas, tanto Massimiliano Allegri como Luis Enrique tenían más derrotas que triunfos en el banquillo. El italiano vivió en carne propia el inicio de la debacle de Milán y poco antes su prestigio se limitaba a sobrevivir con equipos que querían evitar el descenso a Segunda División; mientras, el español que se hizo técnico de primera categoría, cuando aceptó el reto de la Roma, terminó saliendo del club enemistado de Francesco Totti y se construyó una imagen de técnico valiente al frente de Celta de Vigo durante un año.

Son los dos técnicos finalistas de la Champions League, de quienes la desconfianza era el sentimiento que más despertaban al inicio de la temporada; ahora, después de 11 meses están a las puertas sólo uno de ellos del histórico triplete para sus equipos.

Luis Enrique, un técnico humilde

Era la primera quincena de julio del 2014, cuando Luis Enrique, acompañado de su entonces aliado Andoni Zubizarreta, dio inicio a las actividades de pretemporada de Barcelona. El líder de mis equipos soy yo , dijo en la comparecencia.

Las veces que el estratega ha tropezado por sus declaraciones son diversas, desde aquel pueden estar tranquilos, queda un día menos para irme de aquí , a la prensa italiana, cuando perdió el clásico romano en abril del 2012 y meses después, como había dicho Lucho, decidió dejar Roma.

Acepta que los seres humanos tienen límites. La humildad y reconocer que la faceta de gestión del equipo es compleja y debe ser muy cuidadosa, por eso se apoya en un profesional , describe Juan González Hernández, psicólogo deportivo, sobre el liderazgo del técnico de Barcelona.

Joaquín Valdés es el psicólogo de Luis Enrique, aunque también trabaja para el club. Acompaña al entrenador desde que tomó al equipo filial de Barcelona en el 2008, y desde entonces le ayuda a comprender las situaciones que se presentan en la plantilla.

La personalidad de Luis Enrique es capaz de transmitir seguridad, confianza en lo que dice, más que de lo que hace. Se siente protagonista del mensaje, no del juego , añadió el miembro de la Federación Española de Psicología en el Deporte.

La labor de Valdés no se resume a charlas motivacionales con los jugadores, de hecho Lucho advirtió tras su llegada, el psicólogo es para mí , y así es. Joaquín asiste a las conferencias de prensa, observa los entrenamientos. Desde un punto profesional, valora y analiza las acciones que pueden generar malestar o un problema a futuro , dijo Juan González.

Por eso, en la crisis de Anoeta, cuando Lucho sacó a Messi de cambio en la derrota ante Real Sociedad, Luis Enrique salió a dar la cara por el equipo, asumiendo la culpa. La responsabilidad es mía , dijo. Como ahora, la responsabilidad de lograr el triplete en su primera temporada al frente del club es suya.

Allegri hace olvidar a su antecesor

Massimiliano Allegri no la pasó bien en sus primeros partidos al frente de Juventus. Los aficionados del equipo le recordaban con gritos el nombre de su antecesor, Antonio Conte, que había llevado al tricampeonato al club y se fue de imprevisto, hasta arrojarle huevos en los primeros partidos.

Peor aun, una encuesta del diario turinés Tuttosport cerca de 20,000 aficionados participaron indicaba que nueve de cada 10 encuestados rechazaba la llegada de Allegri al equipo, lo observaban como intruso y sin la capacidad de ganar.

La gente no entendía cómo la Juve contrataba a un técnico que había sido despedido del Milán , describió Enzo Palladini, periodista de Premium Sport, para ESPN.

Lo cierto es que Massimiliano dio continuidad al legado de Conte, siguió con el esquema 5-3-2 que utilizaba su antecesor durante los primeros 15 partidos de la Serie A; después, modificó la alineación (a un 4-3-1-2) sin perder el estilo de atacar.

Pero sobre todo, la simpatía con Allegri llegó al trascender en Champions League. Con la liga y Copa en la vitrina, el equipo superó los octavos de final del torneo continental, marca que habían logrado con Conte, y llegó más lejos que cualquier equipo italiano en cinco años. Eliminó al campeón Real Madrid y se mira de frente al poder goleador de Barcelona en la final.

Al inicio de la temporada, cuando se oficializó la llegada de Allegri a la Juve, trascendió que Silvio Berlusconi celebró la contratación del técnico que él había despedido al equipo rival. Meses después, con Juventus y Allegri en Berlín para la final de Champions League, el dueño de Milán cambiará el semblante cuando observe que su rival es el dueño de Italia y el único capaz de pelear en Europa.

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