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La violencia feminicida no llega sola: Ivonne Olvera
El incremento de la violencia familiar y la violación hace cada vez más frecuente que ese tipo de agresiones culminen en feminicidio, expone.

Foto: Especial
México cuenta con políticas públicas para combatir la violencia feminicida; sin embargo, todavía falta mucho por hacer, plantea la investigadora del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Blanca Ivonne Olvera Lezama.
En entrevista, la autora del libro “Feminicidio y principales delitos de violencia contra la mujer que le anteceden”, editado por el referido instituto, dependiente de la Fiscalía General de la República, señala que el incremento de la violencia familiar y la violación hace cada vez más frecuente que culminen en feminicidio en el país.
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La criminología indica que en México, una de las principales áreas de oportunidad en el combate a los feminicidios está en la forma en que se clasifican los homicidios de mujer, pues en muchas ocasiones se consideran como homicidios dolosos y no como feminicidios, lo cual sí marca una diferencia a la hora de investigar.
De acuerdo con cifras oficiales, de 2015 a 2024, ocurrieron 33,801 muertes violentas de mujeres, de las cuales solamente 8,177 se investigaron como feminicidios.
En muchos de esos casos, delitos como acoso, violencia intrafamiliar, lesiones y hostigamiento sexual y violación escalaron a feminicidios.
¿Cómo se ha comportado la incidencia de feminicidios en estos últimos años?
Primero, tenemos el problema de la clasificación del delito para su investigación. En muchas ocasiones el ministerio público que inicia la investigación, lo hace como homicidio doloso, cuando en realidad se trata de un feminicidio.
Por eso, las cifras que ofrece el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública muestran una realidad y los homicidios dolosos de mujer nos muestran otra.
La presidenta Claudia Sheinbaum y muchas feministas subrayan que la cifra se podría contar sumando esos dos indicadores, el de feminicidio y el de homicidio doloso de mujer.
De 2015, cuando se registraron 413 presuntos delitos de feminicidio, en adelante, estas cifras se fueron incrementando año con año, hasta 2021, cuando ocurrieron 982. En 2022 aparentemente viene un descenso con 961; en 2023 fueron 833 y en 2024 el número fue 797.
Entonces diríamos, vamos bien. Quiere decir que está bajando la violencia contra las mujeres.
Lo mismo ocurre en el homicidio doloso de mujer. En 2015 empezó con 1,733 y se fue incrementando año con año, hasta llegar a 2,801 en 2020. Luego bajó a 2,750 en 2001. En 2022 fueron 2,805; en 2003 2,580 y en 2024, la cifra fue de 2,598.
Si hacemos la suma de los dos delitos, en 2024 ocurrieron 3,395 asesinatos de mujeres, de los cuales solo 797 se investigaron como feminicidio.
Aunque haya bajado, la suma de estos dos delitos de feminicidio y homicidio de mujeres de 2015 a 2024 ocurrieron 33, 801 muertes violentas de mujeres, de los cuales solamente 8,177 se investigaron como feminicidio.
¿Marca una diferencia el hecho de que un asesinato de mujer se investigue como feminicidio?
La diferencia es que los homicidios tienen unas diligencias de investigación y los feminicidios otras.
Éstos últimos son diferentes porque son con perspectiva de género y exigen se realicen diferentes investigaciones.
¿Qué quiere decir esto?
En homicidio doloso puede ser que una persona llegue a un restaurante y dispare contra todos los comensales que se encuentren en el lugar, sean hombres o mujeres. En ese caso es un homicidio doloso, porque está privando de la vida a las personas no importando si son hombres o son mujeres.
En tanto, un feminicidio es la muerte violenta de una mujer por razones de género y cada estado las tiene establecidas en su código penal.
Una necropsia de un feminicidio se hace con perspectiva de género y entonces se hacen otro tipo de estudios. Se investiga si hubo violencia sexual previa, se le hacen análisis para ver si hay restos de semen, si hubo lesiones anteriores, golpes, etcétera.
¿Es común que a los delitos de feminicidio les antecedan otros delitos?
Sí, y tanto los delitos de acoso como de violencia familiar van evolucionando. La violencia empieza sobre todo en la pareja.
Hay delitos que anteceden al feminicidio, como las lesiones, el acoso, el hostigamiento la violación la violencia familiar.
Por ejemplo, en Jalisco hay un caso que se hizo viral en redes sociales, donde una mujer llega en un taxi a Casa Jalisco, en Guadalajara, pidiendo ayuda porque trae una orden de protección. Se ve que hay unos guardias ahí. En esos momentos, llega el exmarido, se baja de su automóvil y, con un arma punzocortante la priva de la vida. En ese caso, que terminó en feminicidio, antes hubo acoso , que es por el cual pidió la mujer la medida de protección.
¿Las agresiones que hay durante el noviazgo se pueden considerar como violencia intrafamiliar?
La violencia familiar solamente se da cuando se convive en el mismo espacio.
¿La violencia que se da entre novios qué tanto escala a feminicidio?
Mucho.
Hay muchos casos.
Me parece que la segunda causa de feminicidio tiene que ver con la privación de la vida por parte de la pareja.
¿Qué explica que casos de violencia intrafamiliar escalen hasta un feminicidio?
Esto es muy complejo, influyen factores culturales, las desigualdades, entre otros.
¿Para prevenir los feminicidios, qué tan importante es atender delitos que incluso son considerados no graves o más bien conductas antisociales, pero que pudieran escalar hasta convertirse ya en delitos y derivar incluso en feminicidios?
Las desigualdades dan origen a esta violencia. En las escuelas se pueden hacer políticas públicas para no reproducir este tipo de cultura patriarcal. Con ese tipo de cosas podrían cambiar las desigualdades.
¿En México tenemos una política pública para atacar los feminicidios?
Sí, pero todavía el reto es muy es muy grande.
Esta administración tiene una gran voluntad de acabar con la violencia contra las mujeres y están trabajando en ello.
La presidenta, Claudia Sheinbaum ha dicho que los feminicidios sean investigados como eso, no como homicidios dolosos de mujeres.
Pero faltan muchas políticas más. El reto es muy grande, por ejemplo, falta capacitación para quienes ejercen la investigación y la procuración de justicia, tanto para los policías como para los ministerios públicos, que trabajan con perspectivas de género. Y también hacen falta más recursos para la procuración de justicia.