Lectura 4:00 min
Y siete años después: AMLO y España

Fausto Pretelin Muñoz de Cote | Globali… ¿qué?
Este miércoles llegarán a Madrid desde México más de 400 piezas de arte, y se repartirán entre el Instituto Cervantes, el Museo Arqueológico Nacional (MAN) y el Museo Thyssen.
Las piezas integran la exposición: La mitad del mundo. La mujer en el México indígena. En cada uno de los museos se contará una parte del relato en femenino de las comunidades originarias de México.
Es la forma para “escenificar un acercamiento a España después de que la relación entre los dos países quedara congelada” (Ana Marcos, El País del pasado domingo) por parte de Andrés Manuel López Obrador siete años atrás debido a la ya famosa carta del perdón.
”El arte es un asunto de salud pública y eso significa curar el alma”, declara Teresa Zacarías, una de las responsables de la exposición, en su cargo de ministra de la Embajada de México en España para Asuntos Culturales.
“La actual presidenta mexicana no ha hecho una petición directa de perdón a España”, escribió Ana Marcos.
Ana no se imaginó que un día después la presidenta Sheinbaum declararía en conferencia de prensa: "Nosotros desde la campaña manifestamos que nunca estuvimos de acuerdo con la manera en que respondieron pero además estábamos de acuerdo con la carta que había enviado AMLO. Todavía seguimos esperando esta respuesta".
Sheinbaum defendió que su predecesor envió "una carta muy diplomática solicitando una forma de perdón por las atrocidades del pasado" y que "fue contestada de una manera poco diplomática y, al contrario, con una campaña que hicieron contra el presidente, López Obrador, en España".
España es uno de los aliados estratégicos de México. La amistad y la incertidumbre que representa Trump para el mundo, pero particularmente para México por la dependencia comercial (80%), deberían de ser, desde siete años atrás, los componentes emotivos y racionales de la relación bilateral entre España y México.
AMLO llevó a cabo una diplomacia dogmática. Intentó poner de rodillas a varios países latinoamericanos y expidió asilo a delincuentes. Por ejemplo: Jorge Glass, Pedro Castillo y Evo Morales.
AMLO puso en juego la relación comercial con España. Lo hizo también con el mundo al cerrar ProMéxico, la joya de la corona en la promoción de inversiones. Pero también le puso freno a la Alianza del Pacífico por lo ocurrido en Perú.
España es otro tema. España es la puerta hacia Europa. España es amistad entrañable.
El barómetro 2025 de la Cámara de Comercio de España en México señala: “La totalidad de las empresas (españolas) encuestadas considera el mercado mexicano como estratégico y la gran mayoría (88%) no se plantea abandonarlo en el próximo lustro”.
Por fortuna y gracias a la diplomacia del presidente Pedro Sánchez no hay correlación entre los berrinches de AMLO con el comercio y las inversiones españolas en México.
La economía española es 15 veces más chica que la estadounidense; México tiene que dimensionar la magnitud de las inversiones españolas en el país.
Ahora, las inversiones ya son de ida y vuelta. Slim rompió el tapón de la botella. ADO, Sigma Alimentos, Alcea o las inversiones de David Martínez son algunos de los mexicanos que han hecho importantes inversiones en España.
¿Quiénes son los aliados del gobierno mexicano? Llevamos siete años sin una planeación estratégica en política exterior.
Hay un trato preferencial hacia Estados Unidos en materia comercial, por obvias razones, y un trato sentimental hacia dos de las tres dictaduras latinoamericanas.
¿Y España?

