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Opinión

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España y México: punto de encuentro entre Europa y América Latina

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Julio Madrazo | Un país posible

Julio Madrazo

La agenda comercial de Donald Trump ha puesto de manifiesto que todas las economías del mundo deben ampliar sus lazos y depender menos de Estados Unidos. Esta nueva realidad es particularmente relevante para México y Canadá, que pueden ampliar sus mercados de manera marginal, pero importante.

En este contexto, a medida que las economías de México y España continúan expandiéndose y modernizándose, los vínculos económicos entre ambas naciones —dos de las más relevantes en sus respectivas regiones— se intensifican y consolidan progresivamente. Este fortalecimiento se refleja de manera clara en los flujos crecientes de inversión extranjera directa (IED) en España provenientes de América Latina, particularmente de México.

Durante 2024, los grandes conglomerados latinoamericanos invirtieron un total de 53,035 millones de euros en el exterior, lo que representa un incremento sustancial del 49 % en comparación con el año anterior. Esta dinámica evidencia la creciente capacidad de las principales empresas de la región para competir con éxito globalmente, incluso en mercados tan exigentes como el europeo.

Las compañías mexicanas no son la excepción, empresas líderes de nuestro país se han consolidado como actores relevantes en el ámbito europeo, reflejando una tendencia ascendente en la inversión internacional originada en México.

De acuerdo con el Índice Global LARTAM de Multilatinas 2025, elaborado por el ICEX en España, la inversión de las grandes corporaciones latinoamericanas no se encuentra concentrada en un número reducido de empresas o sectores, sino que se caracteriza por una creciente diversificación. Esta expansión se manifiesta en importantes flujos de inversión que abarcan sectores estratégicos como el agroindustrial, químico, manufactura avanzada, construcción, entretenimiento y servicios digitales.

Según datos del informe Global Latam, entre 2007 y 2024 la inversión acumulada proveniente de América Latina hacia España ascendió a 66,845 millones de euros, lo que representa el 9.4 % del total de inversión extranjera directa recibida por dicho país en ese periodo. Esta cifra sitúa a América Latina como el cuarto mayor inversor en España, solo por detrás de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, y por delante de economías relevantes como Alemania, Italia o los Países Bajos. México destaca como el principal inversionista latino en España, con una participación acumulada de 33,900 millones de euros, lo que equivale a la mitad del total regional. Esta cifra posiciona a México como el primer país de renta media por volumen de inversión en España, superando con creces a cualquier otra economía emergente. En tan solo 2024, la inversión mexicana total en España rebasó los mil millones de euros, consolidando su liderazgo.

La principal lección derivada del histórico y creciente intercambio económico entre Europa y América Latina radica en la oportunidad estratégica que representa un mayor acercamiento institucional y comercial entre ambos bloques. En este contexto, resulta prioritario que la Unión Europea avance en la formalización de acuerdos comerciales tanto con México como con el Mercosur, a fin de establecer un marco normativo sólido que facilite y reglamente los flujos de comercio e inversión, favoreciendo una integración económica más profunda y mutuamente beneficiosa.

Además de la afinidad lingüística y cultural, España representa para las empresas latinoamericanas una plataforma de entrada privilegiada al mercado europeo, el cual constituye el mayor mercado mundial de ingresos medios-altos.

En este contexto, resulta fundamental identificar y potenciar los factores que posicionan a España como un destino preferente para la inversión latinoamericana. Entre ellos destacan su ubicación geográfica estratégica dentro del continente europeo, un entorno jurídico alineado con los estándares comunitarios, una economía diversificada, infraestructura empresarial avanzada y, particularmente, una profunda afinidad cultural y lingüística con América Latina, que facilita los procesos de integración empresarial.

La inversión extranjera directa (IED) constituye un canal fundamental a través del cual España y México pueden consolidarse como puntos de encuentro entre las economías latinoamericana y europea. La creciente presencia de capital mexicano en sectores clave de la economía española no solo refleja el dinamismo del empresariado mexicano y su capacidad de competir en mercados avanzados, sino que también subraya el papel de España como plataforma privilegiada para la internacionalización de empresas latinoamericanas hacia el espacio europeo. Esta convergencia económica es una clara ventana de oportunidad para fortalecer una integración económica más profunda, resiliente y diversificada. En un contexto internacional caracterizado por la fragmentación comercial y la reconfiguración de cadenas globales de valor, el fortalecimiento de estos vínculos mediante la IED no solo refuerza la cooperación bilateral entre México y España, sino que también sienta las bases para un diálogo económico de mayor alcance entre América Latina y la Unión Europea, capaz de traducirse en mayores flujos de inversión y desarrollo compartido.

Julio Madrazo

Julio es egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, con maestría en políticas públicas de la Universidad de Georgetown.

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