El enemigo silencioso de Ucrania: La incertidumbre

A más de tres años de la agresión de Rusia a Ucrania, que ha derivado en el domino ruso de aproximadamente un 20% del territorio ucraniano, desde perspectiva de la geopolítica pareciera que Ucrania se ha convertido en el terreno de lo que sería una guerra proxi entre Estados Unidos y China, en donde los actores visibles son Rusia y la Unión Europea, motivados por el más puro realismo defensivo, con tintes de nacionalismos con valores y principios occidentales, frente a la visión expansionista de Rusia impregnada de su pasado soviético y, varias naciones envueltas en el temor de una posible tercera guerra mundial en territorio europeo. 

La realidad podría ser un juego de poder mayor, lo que en negociación se denominaría como el “metagame”; ¿qué es lo que en verdad está en juego? Una pista es la reciente declaración de un funcionario chino que aseguró: “China no pueda darse el lujo de que Rusia pierda”. Visto así, ya son muchos frentes geopolíticos abiertos convenientemente en los que se dirimen otros juegos de poder, dejando a una Ucrania cada vez más debilitada y endeudada, pero sobre todo desgastada. Quedaron atrás las posibilidades de que Ucrania sea parte de la OTAN o, de su anhelada incorporación a la Unión Europea por sus condiciones actuales. Y de frente una Rusia que resiste a las más de 1,500 sanciones impuestas por occidente que, sin el apoyo de China no podría mantener activa su economía.

Desde una perspectiva más liberal, el conflicto ha marcado una fragilidad de los mecanismos de persuasión de conflictos dentro del sistema internacional y sobre todo de una anhelada paz duradera bajo la globalización y sus mercados interdependientes. A la fecha hay un beneficiario directo: los Estados Unidos; a pesar de las promesas de Trump de acabar con el conflicto, lo ha administrado. Ha ganado un contrato muy ventajoso para la explotación de tierras raras en Ucrania, se ha convertido en el principal socio en materia energética para Europa, y en materia de seguridad en la venta de armas, así como en el relato de que Europa debe pagar más por su defensa. Otros beneficiados han sido algunos miembros de los BRICS, como India y sobre todo China siendo el principal apoyo financiero de Rusia, lo que seguramente se cobrará con creces.

Uno de los actores más afectados hasta ahora ha sido la Unión Europea, aumentando el gasto en armamento por la posibilidad de que Rusia avance, recortando gastos de seguridad social; la economía ucraniana y un futuro empeñando por las deudas. No es sólo obtener un alto al fuego o la tan anhelada paz duradera, es comprender qué será de su futuro en el diálogo interno.

Las recientes encuestas reflejan ya el cansancio, aunque el estado de la opinión pública es de apoyo al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy, por estar resistiendo la presión de Trump para ceder territorio en las negociaciones de alto el fuego. La realidad es que algunos sectores reconocen que ante la fatiga social y militar, la presión internacional y la falta de avances decisivos en el frente, la negociación podría implicar sacrificios dolorosos, (según las recientes encuestas de opinión compartidas por Reuters).

¿Estarían dadas las condiciones para generar una conversación pública nacional ucraniana sobre la necesidad de reconocer la pérdida de territorio? Ese momento será el verdadero enemigo silencioso de Ucrania: la incertidumbre.

*La autora es profesora de cátedra, Universidad Iberoamericana y Miembro de la UR Conflicto Rusia-Ucrania de Comexim.